En abril, como se esperaba, los precios del tomate cayeron. La caída no fue igual en todas partes, y en Italia los precios incluso subieron, en contra de la tendencia, tal y como revelan datos oficiales de la Comisión Europea.
Sin embargo, la principal preocupación en el mercado es saber qué ocurrirá a partir de ahora, ya que muchos cultivos retrasados seguirán entrando en producción. Se espera que la acumulación se refleje en los precios del tomate, como también se describe en un reciente informe de WUR.
En general, los precios cayeron un 6% entre marzo y abril. Esto supone un 1% más que la media de los últimos cinco años. Como se observa en los datos, en algunos países las diferencias son mayores.
En España y Francia, los precios bajaron más que la media entre marzo y abril. En España, el precio del kilo se sitúa en 1,52 euros de media, el más bajo de todos los países. Sin embargo, el precio sigue estando muy por encima del máximo quinquenal y, por tanto, de la media de los últimos cinco años.
Lo mismo ocurre en Francia, aunque el precio del kilo, de 3,44 de media, coquetea con el máximo quinquenal en abril, de 3,25 euros. Tanto en España como en Francia, los precios suelen tocar fondo en mayo.
En los Países Bajos, los precios suelen bajar mucho de cara al verano. Según los datos publicados, el kilo alcanzó una media de 2,13 euros en abril. En los últimos cinco años, los precios han caído una media del 28% entre marzo y abril. Este año, la caída ha sido "solo" del 25%. Aun así, los precios son más del doble de altos de lo habitual.
En Italia, los precios subieron en abril; algo no del todo inusual allí, aunque en los últimos cinco años se habían registrado grandes bajadas en abril. De media, el precio baja un 1% entre marzo y abril. Este año, el precio ha subido un 11%, situándose en una media de 2,25 euros por kilo.
Los datos de la Comisión Europea no incluyen a Bélgica, pero mediante las cifras de la Federación de Cooperativas Hortícolas Belgas puede seguirse la evolución de los precios del tomate. En la semana 17, la última de abril, los precios cayeron brevemente por debajo de las medias quinquenales.
¿Qué se puede esperar, ahora que se acumulan los volúmenes?
En las próximas semanas, habrá que esperar a ver cómo responde el mercado al aumento de los volúmenes. Los productores esperan que los precios se mantengan a los niveles superiores a la media que llevan observándose durante casi todo el año. De este modo, se compensarían los costes igualmente elevados.
Al mismo tiempo, los altos precios también podrían tener un impacto negativo, ya que los consumidores tal vez dejen de comprarlos al no poder permitírselos como consecuencia, entre otras cosas, de la creciente inflación. Un problema que, por cierto, es una amenaza especialmente para la próxima campaña de invierno, en la que los costes seguirán siendo elevados y volverá a haber mucho menos cultivo con luz artificial. Pero aún no hemos llegado a ese punto. Habrá que ver primero lo que ocurre este verano.