Asaja Córdoba ha informado del comienzo de la recogida y el arranque mecanizado del ajo en la provincia de Córdoba, en una campaña que se ha registrado un descenso de superficie del 20%, por lo que habrá una disminución lógica en el número de kilos recolectado.
El presidente nacional de la Sectorial del Ajo de Asaja, Miguel del Pino, ha afirmado que, no obstante, “la calidad va a ser buena porque afortunadamente no está lloviendo en la recolección, que es cuando es peligrosa la lluvia porque se ponen negros las capas del ajo y hay que venderlo como destrío con un precio mucho más bajo que la calidad normal”.
Los años anteriores, la superficie de siembra se mantenía en 2.000 hectáreas, pero este año se ha reducido debido principalmente al miedo que los ajeros tenían a la ausencia de aguas en los pantanos y la poca seguridad que había de lluvia.
Comité Mixto de Frutas y Hortalizas
Por otra parte, el 31 de mayo se celebró en Lisboa el plenario del Comité Mixto Frutas y Hortalizas donde participó también Miguel del Pino como representante nacional del Ajo de Asaja y como uno de los representantes del Grupo de Contacto del Ajo, cuya última reunión fue el pasado 28 de abril en Francia.
Dentro del Grupo del Ajo, se trasladó lo tratado el mes anterior en Francia, es decir información sobre el desarrollo de la campaña en curso por países, análisis de la situación actual del mercado mundial, previsión de cosecha para 2022, análisis comparativo de la situación de disponibilidad de productos fitosanitarios para el cultivo del ajo, aportación de datos para la elaboración del Estudio Europeo del Coste de Producción del Ajo Congelado y análisis de situación del etiquetado de origen.
Las principales conclusiones fueron la inquietud por el fuerte incremento de los costes de producción del ajo, debido a la subida del precio de todos los insumos (carburantes, embalajes, fertilizantes, otros materiales, etc.) y por la presión de la gran distribución para no subir los precios al consumidor.
También, la gran preocupación por la falta de materias activas autorizadas para luchar contra plagas y enfermedades. En este sentido, piden a las administraciones que defiendan conjuntamente el mantenimiento de sustancias para los que no existan alternativas. El fungicida tebuconazol ha sido identificado por Italia, Francia y España como esencial para el tratamiento de la roya, por lo que debe mantenerse su uso más allá de 2023. Igualmente, piden la autorización de nuevas moléculas para el cultivo del ajo, que ya estén autorizadas para otros cultivos, o de nueva creación y las derogaciones necesarias para el cultivo, en aplicación de una especie de “artículo 51” conjunto.
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