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Upala Agrícola será la primera empresa del sector de piñas en Costa Rica en recibir la Bandera Azul Ecológica en la categoría Biodiversidad

“La agricultura de precisión nos ha permitido ser más eficientes en la gestión de los envíos de piña en estos momentos complicados”

Costa Rica es líder mundial en la exportación de piña fresca, en una actividad que le reporta al país en torno a mil millones de dólares anuales. “Tenemos a nivel país unas 40.000 hectáreas dedicadas al cultivo de piña que generan unos 30.000 empleos directos y 120.000 indirectos, por lo que el cultivo de piña tiene un impacto en la economía sumamente valioso. En cuanto a la participación de mercado, el 85% de las piñas que se consumen en Estados Unidos provienen de Costa Rica, y el 80% en el caso de Europa”, explica Alfredo Volio, presidente y CEO de Upala Agrícola.

“Upala Agrícola es el mayor exportador y el mayor empleador de la zona, con alrededor de mil colaboradores. Producimos y exportamos un promedio de 100/110 contenedores semanales. A diferencia de otros cultivos, podemos producir piña a lo largo de todo el año; de hecho, se cosecha diariamente y se realizan siembras todas las semanas para mantener una oferta constante, lo que les permite a nuestros colaboradores tener una continuidad de trabajo los 365 días del año y constituye un valor agregado de este cultivo”.

“Contamos con un total de 2.500 hectáreas, 1.600 productivas y el restante, 800 hectáreas, son áreas de conservación; es decir, un 32% de nuestra superficie está dedicada a servicios medioambientales no solo alcanzando el objetivo, que está marcado en un 30%, sino superándolo”, subraya el señor Volio.

Productividad y compromiso medioambiental
Y es que la preservación del medio ambiente está integrada en la política de Costa Rica. Este esfuerzo fue reconocido a nivel mundial en 2019 cuando recibió el máximo galardón ambiental de la ONU, el premio Campeones de la Tierra, por su papel en la protección de la naturaleza y su compromiso para combatir el cambio climático, que le fue otorgado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) en la categoría de Liderazgo Político. En palabras de la entonces directora ejecutiva del PNUMA, “Costa Rica es un ejemplo para la región y para el mundo”, y Upala Agrícola deja patente este compromiso integrando la biodiversidad en sus procesos productivos y logrando alinearse con los 17 ODS –todos– de la ONU.

“Hemos establecido un corredor biológico propio que une dos grandes áreas muy importantes para que los animales puedan transitar entre ellos a través de nuestros bosques: el Corredor Biológico Ruta Los Malecu, que cuenta con alrededor de 136.632 hectáreas protegidas, y el Refugio Nacional de Vida Silvestre Mixto Caño Negro”.

“En 2017 establecimos además un convenio con la Agencia de Cooperación Alemana GIZ y justo la semana pasada analizamos conjuntamente los resultados de un estudio de biodiversidad que estamos haciendo en nuestro corredor biológico, encontrando que hay una cantidad importante de fauna que está transitando por nuestros bosques, contabilizando en una primera fase del estudio 168 especies de aves y 24 de mamíferos”, comparte Alfredo Volio.

“Entre las certificaciones que tenemos –GlobalG.A.P, GRASP y FSMA, ISO 14001, Rainforest, SMETA, BASC y Esencial Costa Rica–, hemos sido la primera empresa del sector de piñas en haber logrado la Bandera Azul Ecológica por nuestro trabajo en favor de la conservación del medio ambiente, y el 22 de junio tendremos la posibilidad de recibir este galardón en la categoría Biodiversidad en nuestras propias instalaciones, siendo de nuevo la primera empresa del sector piñero en recibirlo”.

Upala Agrícola se ha posicionado así en un puesto destacado en el ámbito de la preservación medioambiental en el mercado costarricense de exportación de piña.

“En cuanto a la producción de piña, buscamos unos índices altos de productividad por hectárea que conseguimos gracias a las condiciones climatológicas de la zona en la que estamos ubicados, en el norte del país muy próximos a la frontera con Nicaragua. Tenemos un clima muy favorable que hace que no tengamos que requerir de riegos, por ejemplo, y que nos permite recolectar fruta de gran sabor a los 12 meses de la siembra con los altos estándares de calidad que exigen nuestros mercados internacionales”.

“Toda la fruta se recolecta en su punto óptimo de maduración –hay que recordar que la piña es una fruta no climatérica– y se somete a un proceso de preenfriado y de almacenamiento y transporte refrigerado para que llegue totalmente fresca a los mercados de destino”.

“Este año la crisis de contenedores ha hecho que la situación haya sido bastante complicada en algunos momentos, así como el incremento de los costes de fertilizantes y del papel para cartón, que se ha disparado casi un 30%, pero la agricultura de precisión nos ha ayudado a gestionar los lotes de forma individual y nos ha permitido ser más eficientes para poder llegar a los mercados internacionales en estas circunstancias”.

Cerrando el círculo: valorización de los residuos vegetales en el cultivo de piña
En Costa Rica se producen cerca de 200 millones de cajas de piñas anuales en un ciclo de producción continuo que, como consecuencia inevitable, genera una gran biomasa. “En Upala Agrícola, una vez que los cultivos finalizan, las plantas se trituran y toda esa materia orgánica se incorpora al suelo para que sirva de abono a la nueva plantación. Sin embargo, también estamos realizando una serie de proyectos muy interesantes para darle valor a toda esa biomasa que generamos trabajando con universidades tanto del país como de fuera”.

“Entre las alternativas que se estudian está la producción de biodiésel, la fabricación de cuero sintético o la elaboración de papel a partir de fibra de piña. Con esto incluso cerraríamos el círculo y podríamos fabricar con el residuo vegetal de los cultivos el principal material que se utiliza para el empaque de la fruta”, indica Alfredo Volio.

Para más información:
Upala Agrícola
Tel.: +506 2480-0100
https://upalagricola.com