Las estadísticas oficiales confirman que en el primer cuatrimestre de 2022 las importaciones argentinas de manzanas se elevaron un 600% al pasar de las 67 toneladas el año pasado a poco más 460 toneladas en esta primera parte de 2022, concentrando Chile casi la totalidad de estas operaciones.
Si bien los volúmenes de importación que se manejan son marginales en relación con la totalidad de lo que mueve el mercado interno –tradicionalmente unos 250 millones de kilos por temporada son colocados para el consumo de los argentinos–, las tendencias muestran que, de no cambiar el escenario macroeconómico del país, las compras a Chile podrían perforar el techo de los 10 millones de kilos para todo el año en curso, volumen que superaría el récord de importaciones registrado en 2017.
Causas de este salto
Este cambio de tendencia en las importaciones argentinas de manzanas puede ser explicado por diferentes motivos. En primer lugar por la bajada en la producción de manzana; en la presente temporada, se ubicaría por debajo de las 400.000 toneladas reflejando mermas superiores a las 170.000 toneladas.
El retraso cambiario también podría estar detrás de este aumento. Este punto es clave para el sistema frutícola regional ya que quita competitividad a las exportaciones de las manzanas y alienta sus importaciones: producir manzanas en el Valle cada vez es más caro en dólares y las importaciones de manzanas llegan a los mercados con precios mucho menores en dólares respecto de la oferta local.
De hecho, el promedio al que hoy se está pagando el kilo de manzana argentina en las góndolas del país, es de 1,92 dólares (paridad oficial); abonándose por la de calidad hasta 4 dólares por kilo en mercados selectos. Los valores de importación (CIF) con los que hoy está entrando la manzana chilena se los ubica en un promedio de 1,02 dólares por kilo (media del primer cuatrimestre); computando gastos para llegar a la góndola, esa manzana de puede colocar en 1,5 dólares por kilo; cerca de un 25% menos que le promedio de la oferta argentina y un 60% por debajo de los valores que se logra con una fruta de calidad. Pero independientemente de todas estas distorsiones, los valores (CIF) reflejados en esta y la pasada temporada se los ubica un 20% por encima de los de los años 2020 y 2019.
Fuente: rionegro.com.ar