Distintas voces han designado a la cereza como una de las frutas candidatas a ser una futura e importante protagonista en la canasta agroexportadora de Perú. No obstante, aunque las proyecciones son, ciertamente, alentadoras, la industria del país, que en pocos años se ha conseguido situar en el podio de las exportaciones mundiales de arándanos, uvas, paltas o espárragos, entre otras frutas y hortalizas, aún tiene por delante un largo –aunque también muy esperanzador– camino que recorrer en el que el sector viverístico está jugando un papel clave.
“En Viveros El Tambo tenemos alianzas con diferentes compañías obtentoras, somos socios de ANA (Andes New Varieties Association). Hace más de 20 años 4 viveros chilenos se asociaron creando ANA con el objetivo de buscar genética en cualquier parte del mundo, enfocada principalmente en frutales de hoja caduca, administrarla y ponerla a disposición de los viveros y agricultores de Chile y otros países”.
“A través de ANA estamos trabajando con varios programas genéticos; uno de ellos es Unibo, de la Universidad de Bolonia, en el que tenemos la confianza de que podremos tener éxito en Perú. De hecho, en Viveros El Tambo estamos trabajando en internar varias variedades de clima templado de Unibo a Perú desde Chile, pero por ahora no logramos sortear las barreras fitosanitarias que pone Perú. Por otro lado, IFG, con quien también trabajamos, tiene un área de cherries en desarrollo, y son los primeros obtentores en conseguir variedades de cerezos de bajo reposo”.
“Lo que se ha hecho hasta ahora es probar con la genética ya existente y ver si en Perú puede funcionar, pero los resultados no han sido los esperados”, remarca Samuel, “por eso es tan importante lograr introducir estas variedades en el país. Aún no sabemos cuándo podremos conseguirlo, pero deberíamos estar ad portas. Incluso tenemos la esperanza de que, si logramos el ingreso de las variedades este año, que todavía es tiempo de hacerlo, podremos estar involucrados en la propagación y el suministro de cerezos en 2023 a los productores peruanos interesados en el cultivo para su testeo”.
“Arequipa es la región que más se ajusta a las condiciones que requiere el cultivo de cerezos”
Conseguir variedades de bajo requerimiento de frío resultará esencial para la futura industria de la cereza en Perú, donde ya se estudian las regiones más favorables para su potencial expansión.
“Perú, en esa búsqueda, tiene que apuntarle a un área en que se combine la cantidad mínima de horas frío necesarias, pero que además tenga una primavera cálida para poder madurar y poder cosechar la fruta en octubre. Para que Perú sea exitoso en el mercado de la cereza, tiene que cosechar su fruta antes que Chile porque, si no, será muy difícil que pueda competir con la fruta chilena”, subraya el director de Viveros El Tambo. “Chile es el mayor exportador del mundo de cerezas, y va a empezar con fruta cada vez más temprana a principios de noviembre. De hecho, hoy en día, prácticamente lo único que se está plantando en el país son variedades tempranas de fechas de cosecha anteriores a las de Santina, entre las que destacan Sweet Aryana, Nimba y Pacific Red”.
“Pero, además de la temperatura requerida, hay que tener conectividad, es decir, que sea fácil acceder a la región. Por eso, yo diría que Arequipa es la región que más se ajusta a estas tres condiciones: tiene algo de horas frío, cuenta con una primavera cálida y su geografía plana hace que tenga muy buena accesibilidad. Aparte de esto, también se progresa en técnicas que permitan ayudar a reemplazar el frío”.
“Volveremos a tener buenos resultados en China”
Viveros El Tambo opera en Chile en la producción de frutales desde hace casi 3 décadas, y está presente en Perú desde el año 2014, colaborando con su material vegetal de calidad en el crecimiento de las prósperas industrias de la uva de mesa y del arándano. “Estas dos frutas suponen actualmente un 95% de nuestra actividad en Perú. Con cítricos y paltos estamos aún en desarrollo, así como con los cerezos, pero, tal como promete mucha gente en la industria, será en lo que vamos a estar involucrados en los próximos años”.
Y es que, a pesar de que los últimos años los resultados de las exportaciones no han sido los esperados por factores coyunturales, Chile ha revelado la importancia de la cereza en el mercado global y, más concretamente, en el que es el país más habitado del planeta, China.
“Desde hace entre 5 y 7 años, cuando en Chile la cereza tenía un desarrollo vertiginoso con muy buenos precios, Perú busca producir cerezos. Las tres últimas temporadas han sido complicadas, especialmente en el periodo posterior al Año Nuevo chino; ha perjudicado mucho la logística y el Covid y, por tanto, las plantaciones se han detenido, salvo para variedades tempranas. Hay mucha preocupación por lo que va a pasar la temporada que viene, cuando el Año Nuevo se celebrará una semana antes que en 2022. No obstante, pienso que en el futuro, aunque no va a ser el próximo año lo más probable, deberíamos volver a tener buenos resultados en China, por un lado, porque la fecha del Año Nuevo va variando cada año, y por otro, porque a medida que el resto del mundo vaya normalizándose, la cereza va a seguir siendo una atracción muy grande y se explorarán nuevos mercados".
"Además, si Chile consigue producir fruta en el mes de noviembre las posibilidades de éxito son muy grandes; pero si Perú consigue hacerlo en octubre, sus posibilidades son aún mayores”, concluye Samuel Escalante.
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