"Hablando claro, nos enfrentamos a cambios climáticos globales que nos afectan a todos y sentimos la necesidad de unir nuestra voz a la de quienes piden acciones más contundentes". Así es como el director de Sostenibilidad, Peter Stedman, explica el enfoque de Chiquita para facilitar un cambio sostenible. Una de las formas en que esto se materializa es con la implementación de objetivos con base científica.
Peter Stedman
"A principios de este año anunciamos nuestro programa de reducción de carbono 30by30, una importante iniciativa con la que aspiramos a reducir las emisiones de carbono en todas nuestras operaciones en un 30% para finales de 2030. Chiquita se ha convertido en la primera empresa frutícola mundial en poner en marcha una estrategia de reducción de emisiones validada por la iniciativa Science Based Targets (SBTi)". Peter explica que esto se extiende a toda la cadena de suministro, que habrá establecido sus propias estrategias de reducción para 2025. El objetivo de 30by30 es la eliminación de 30.000 toneladas de dióxido de carbono. "Una de las mayores fuentes de emisiones es el óxido nitroso de los fertilizantes. Así que tenemos por delante el reto de lograr reducir las emisiones de carbono sin comprometer el rendimiento y la calidad de las bananas".
Valioso
Para finales de 2022, Chiquita aspira a decidir qué alternativas al uso de fertilizantes pueden ensayarse. El productor de bananas está considerando una combinación de diferentes regímenes de nutrición con elementos de prácticas agrícolas sostenibles, así como el uso de tecnologías para inhibir la liberación de óxido nitroso del fertilizante. Las pruebas se llevarán a cabo entre 2023 y 2026. "Serán ensayos controlados aleatorios en los cuatro países en los que operamos. Vamos a hacer las cosas bien. Antes de llevar a cabo un cambio tan drástico queremos estar lo bastante seguros de cuáles serán las implicaciones de ese cambio". Peter espera que la tecnología desempeñe un papel fundamental en ese proceso. "Guiará nuestras acciones, porque cada gramo de fertilizante, además de caro, es valioso en lo que respecta al carbono". Chiquita aspira a implementar las técnicas elegidas en todas las explotaciones para 2027, de modo que en 2029 puedan empezar las mediciones.
Energía renovable
Otro foco de atención son las energías renovables, concretamente en Honduras y Guatemala. El productor de bananas cree que hay buenas oportunidades para el uso de energía solar y digestores anaeróbicos como fuente de energía. "Estamos desarrollando un plan capital para apoyar la reducción, siempre teniendo en cuenta el objetivo que queremos alcanzar. A veces hay argumentos comerciales básicos para hacerlo. Si logramos abordar estos dos asuntos, nos irá bien. Tenemos tiempo hasta 2030 para hacerlo correctamente". Peter menciona la ventaja de ser una empresa familiar cuando se planifica a largo plazo.
"Tenemos una visión muy a largo plazo, sin fijarnos tanto en los resultados trimestrales". A pesar de que será un proceso largo, Peter se mantiene optimista. "Podemos hacer algo, y queremos hacerlo". En ese proceso, cree que todo el sector tiene un papel que cumplir.
"Cuanto más progrese el sector en este sentido y más colaboración haya, mejor, porque esto es algo que afecta a todo el mundo". Y como afecta a todo el mundo, Chiquita quiere que el consumidor también se suba al carro. El director de sostenibilidad cree que ofrecer valor es la clave para ello. "El reto para nosotros es asegurarnos de convencer al cliente para que nos apoye, dándole todas las razones necesarias para que sigan apoyando a la marca. En última instancia, no tenemos control sobre el precio que el consumidor paga en el entorno minorista. Solo podemos asegurarnos de que los clientes valoren lo que se les ofrece".
Cambio
La necesidad de cambio es cada vez más evidente. Peter concluye que, aunque las diferentes regiones y países tienen sistemas climáticos ligeramente distintos, Chiquita está observando ahora cambios en los patrones tradicionales. "En general, hemos registrado un tiempo más cálido y seco en las regiones bananeras donde cultivamos. Lo importante es ser conscientes de ello, monitorizar su impacto y elaborar estrategias de mitigación. Eso nos dará pistas sobre hacia dónde debemos ir y cómo se desarrollará la agricultura en los próximos 30 años".
Peter también cree que el cambio climático puede tener algún beneficio. "El clima va a ser más seco y, en general, esto inhibe la propagación de algunas plagas y enfermedades". Sin embargo, el cambio de temperatura no es la única fuente de preocupación. Los fenómenos meteorológicos extremos afectan cada vez más al sector, menciona el director de Sostenibilidad, y añade que, tras el paso de los huracanes Eta e Iota en 2020 en Honduras y Guatemala, aún podría llevar más de un año replantar todo lo que se perdió. "Una parte importante de nuestra producción se vio muy afectada".
Minimizar el impacto
Para Chiquita, está claro que el mundo necesita una producción sostenible de alto rendimiento que garantice que no se van a talar los bosques tropicales ni a secar los humedales. Aunque Peter cree que hay mucho que aprender de los sistemas de producción ecológica, no está convencido de que adoptar métodos de producción estrictamente ecológicos sea la única opción. "No sé si la agricultura convencional ha logrado ya aprovechar todo el potencial de la naturaleza. Desgraciadamente, no es posible producir todo el suministro mundial de alimentos de manera ecológica, pero podemos tener más en cuenta los sistemas naturales y trabajar para asegurarnos de que los aprovechemos bien y de que minimicemos nuestro impacto en el medio ambiente a nivel global".
Los cálculos sobre la huella de carbono realizados por Chiquita, que ya ha logrado una reducción de CO₂ del 29% desde 2012, revelaron que sus bananas ya tienen una huella menor que la de una banana ecológica.