"La campaña de cítricos está a punto de terminar, dadas las pocas cantidades de naranjas y limones disponibles, y los resultados parecen mucho más bajos que las previsiones iniciales", dice Salvatore Imbesi (ver foto a la derecha), presidente de la red de empresas que incluye tres importantes empresas sicilianas: Ortogel y Agrumi-Gel, dos procesadoras de cítricos, y la cooperativa Service Calatino.
Según el gerente, la situación negativa se debe a varios factores. En primer lugar, hay muy poca cantidad de fruta disponible para procesar, pero también el aumento constante de los costes de todos los factores producción, desde el envasado hasta el metano, el diésel y la electricidad, afectan al sector.
"Los aumentos han superado los costes reales de la materia prima, lo que implica arduas negociaciones con los clientes para la firma de contratos y con los propios proveedores de materias primas, para poder garantizar la continuidad de la producción", dice Imbesi.
Ortogel y Agrumi-Gel procesan solo los mejores cítricos de la cadena de suministro siciliana, incluidas las naranjas rubias y sanguinas, los limones y las mandarinas, pero también algunos productos de Calabria, como la bergamota y el pomelo. Los productos obtenidos son: jugos naturales y concentrados, jugos claros y turbios, esencias extraídas en frío y en caliente, jugos y esencias convencionales y ecológicos, bioetanol, cáscaras secas para la extracción de pectina y cáscaras secas para la producción de pienso. Las empresas también están dotadas de máquinas para el procesado de frutas de verano (higos chumbos, albaricoques, melocotones y nectarinas) y granadas, con el objetivo de obtener los dos principales subproductos: arilos frescos para la IV gama y zumo 100%.
La próxima campaña citrícola 2022/23 no parece ser un año de abundancia para la industria procesadora, considerando las condiciones meteorológicas actuales, caracterizadas por temperaturas constantes de 40 °C y la ausencia total de precipitaciones, lo que favorece la caída de frutos en formación. La escasa disponibilidad de frutos es también consecuencia de la propagación del virus de la tristeza de los cítricos (CTV), que afecta a muchos huertos aún no renovados con portainjertos resistentes.
"Queriendo hacer un paralelismo con los tristes acontecimientos actuales, podemos decir que el sector de los cítricos sicilianos ha estado en 'guerra' durante muchos años", explica Salvatore Imbesi. "Es una guerra que sufren los productores endeudados –de los que nunca hablamos, porque no se cobran víctimas visibles– que cierran sus negocios ante el total silencio e indiferencia de todos. Es lamentable sobre todo observar la actitud de profesionales que esperan, para mantenerse a flote, la quiebra de otros, hasta el punto de que, para adquirir nuevos clientes, soportan los mayores costes de producción, incluso cuando superan los ingresos. Me pregunto qué lógica puede jamás guiar la contradicción de querer trabajar a pérdida. En esta situación, de hecho, solo las empresas de procesamiento primarias corren el riesgo de colapsar, y ciertamente no las que comercializan derivados que llegan al consumidor final".
"En Sicilia, además, también sufrimos mucho las consecuencias del virus de la tristeza de los cítricos (CTV), no evaluado con realismo por quienes deberían dictar la línea de las políticas agrícolas con ciencia y conciencia. Hay una falta de planificación y de reconversión urgente de las hectáreas afectadas por el virus, que sigue segando las plantaciones de cítricos. Por eso, en la mayoría de los casos, son los propios productores los que han asumido los costes de renovación de los huertos y es, por tanto, gracias a estos agricultores temerarios y previsores que podemos contar con la productividad de las nuevas plantaciones. Son plantas pequeñas que, a la espera de su plena producción, proporcionan una media de 25 kg de fruta, frente a los 100 kg de las plantas más maduras. Por lo tanto, es importante subrayar que en los primeros cinco años los campos de cítricos en proceso de renovación producirán cantidades de fruta destinadas al procesamiento significativamente menores que los volúmenes que se procesan habitualmente".
"Creemos que ha llegado el momento de cambiar el registro y, por lo tanto, pedir con fuerza al legislador que aclare los volúmenes de cítricos destinados al procesamiento y las cantidades relativas comercializadas de derivados. No menos importante, cabe señalar que los cambios climáticos que conducen a temperaturas de 40 °C o 50 °C o a trombas de agua y granizadas que ya no son esporádicas, no pueden resolverse enumerándolos bajo el epígrafe de 'desastres naturales'. Estamos ante la desertificación de las zonas verdes y, como es bien sabido, la agricultura ya está pagando un precio muy alto si no se consigue atajar esta crisis ecológica. Así que preparémonos para vivir en un mundo con menos recursos, menos energía y menos abundancia, pero sin dejarnos pillar desprevenidos porque ya estamos fuera de tiempo", concluye Salvatore Imbesi.
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