Se han talado más de mil cerezos en menos de dos días en la región italiana de Apulia. De un huerto en la localidad de Bisceglie, con un total de seis variedades, desde la temprana Bigarreau hasta la conocida cereza Ferrovia, ahora solo queda un gran trozo de tierra sin cultivar. La decisión de tomar esta medida drástica fue tomada por Maurizio Di Pierro (ver foto abajo), agrónomo y propietario de la finca.
"En el último período hemos visto muchos episodios de este tipo. Por lo tanto, no soy el único, ni seré el último en tomar estas decisiones, que en todo caso van más allá de cualquier lógica comercial. El enfado por lo ocurrido en las últimas temporadas y la preocupación por lo que me esperaba en los próximos años me llevó a la decisión de arrancar mis 2 hectáreas de cerezos", dice el empresario de Apulia.
"El sector de la cereza en el sur de Italia atraviesa una grave crisis. Hace varios años que coexisten dificultades estructurales, que también se han confirmado en esta campaña que acaba de finalizar. Y es que los beneficios tienden a disminuir, puesto que los precios pagados a los productores son cada vez más bajos, mientras que los gastos han aumentado un 30-40% este año. Desanima ver que las mismas frutas se venden en los supermercados a precios incluso 6-7 veces mayores, a pesar de que la mayor parte del trabajo lo hacen precisamente quienes cultivan y cosechan esas cerezas. Este año, además de la gran cosecha de cerezas italianas, que debido a las condiciones meteorológicas se concentró durante un breve período de tiempo, también se sumó una importante cantidad de producto extranjero, que llegó a los mercados a precios de ganga".
"Dada la tendencia comercial y las subidas generalizadas de precios, esperaba cerrar la campaña lo antes posible. Otro problema es la escasez de mano de obra, que este año se ha dejado sentir de un manera notable. Era realmente difícil contratar trabajadores para la recolección: muchos se negaban a venir a trabajar porque eran perceptores de la Renta de la Ciudadanía".
Excavadora arrancando cerezos
"Ciertamente no es un gesto bonito arrancar todo un cultivo, especialmente si se hace cuando los frutos aún están en los árboles, pero la idea era la de reducir los dolores de cabeza, así como las pérdidas económicas. Las parcelas arrancadas quedarán sin cultivar, por ahora, a la espera de una cuidadosa planificación de cultivos y un estudio de mercado. Ahora estamos evaluando incrementar el cultivo de otras frutas y hortalizas que la empresa produce y vende directamente en los mercados, como la uva de mesa".
Cerezos arrancados de la variedad Ferrovia
"Los productores de Apulia también tenemos parte de la culpa de la crisis de la cereza. Nos faltó cooperación y visión a largo plazo, contentándonos con los buenos resultados que cada uno de nosotros pudo traer a casa. En muchos años, no hemos sido capaces de unirnos y crear cooperativas capaces de potenciar y promocionar nuestras cerezas en toda Europa. Hubiera bastado con copiar lo que se ha hecho en otras regiones con los productos agroalimentarios más conocidos".
