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José Góngora, de Cascade:

“Podemos conseguir una mayor productividad y precocidad en el cultivo protegido utilizando solo la luz del sol”

El plástico se ha convertido en el gran aliado de la agricultura protegida. En su poco más de siglo de historia, este material ha supuesto toda una revolución tecnológica que ha permitido avances hasta su llegada inimaginables –recordemos, en todos los ámbitos de la actividad humana–, alzándose como el protagonista esencial de los invernaderos agrícolas.

Ofrece protección frente a la meteorología, tiene la capacidad de crear un microclima estable para el crecimiento rápido y uniforme de la producción y permite aprovechar la luz y el calor del sol durante todo el año. Y justamente esta capacidad de interacción con la radiación solar fue la que llevó a Cascade a poner la tecnología al servicio de la agricultura para mejorar la luz en el interior de los invernaderos, como explica José Góngora.

“En Cascade trabajamos en la optimización de la luz desde hace más de 10 años mediante la formulación de aditivos para plásticos agrícolas, de manera que los plásticos se conviertan en una herramienta más para los agricultores, sobre todo en los meses de invierno, en los que vemos que hay una mayor necesidad de luz”.

Con la tecnología de Cascade, los plásticos dejan de ser meros elementos protectores para ser materiales ópticamente activos que permiten reformular la receta de la luz que pasa a través de ellos. “Básicamente, lo que hace nuestra tecnología es captar algunas longitudes de onda para reemitirlas en otras. Captamos la luz ultravioleta para emitirla en azul y parte del verde para reemitirlo en rojo, maximizando la relación rojo/azul que requieren las plantas”, detalla José.

“Con nuestros aditivos hemos obtenido datos muy interesantes en cultivos de hortalizas y berries y ya ha habido ensayos con resultados positivos en pitahaya, papaya o uvas. Principalmente, se puede llegar a alcanzar un mayor rendimiento comercial de la plantación dependiendo del agricultor, del cultivo y de la variedad, con mejoras en la calidad, el calibre y aumentos en la cantidad de grados Brix, y también se puede llegar a conseguir una mayor precocidad, ya que favorece una mayor floración y fructificación anticipada, y más uniformidad”.

Góngora expuso los datos de los ensayos realizados en el cultivo de berries en Huelva en una charla técnica en el reciente 7.º Congreso Internacional de Frutos Rojos celebrado en la provincia. En comparación con el mismo cultivo bajo plásticos de las mismas características sin aditivos, de la mano del Centro Tecnológico de la Agroindustria de Huelva, Adesva, se constató un aumento del rendimiento casi del 14% en el cultivo de frambuesas (mismo resultado que se está obteniendo en un ensayo en Marruecos que será presentado próximamente) y de entre el 9 y el 14% en el cultivo de fresas, en el que, además, se logró un aumento del 25% en la precocidad.

“Otro de los resultados beneficiosos que estamos obteniendo con nuestra tecnología es que permite una disminución de la fertirrigación –que llegó hasta el 34% en nuestros ensayos en fresas en Huelva– y una disminución del impacto de las plagas; por ejemplo, de un 12-14% de la incidencia de oídio y trips en fresa y, como comprobó la Universidad de Almería el año pasado, de la incidencia de Tuta absoluta en el cultivo de tomate”.

“Los plásticos con esta tecnología están disponibles en el mercado y desde la campaña pasada ya se están utilizando en España, Italia, Francia y Marruecos, y hay agricultores que las están probando en otros países, desde México o Uruguay hasta Inglaterra, porque necesitaban más y mejor luz. Y es muy fácil comprender esta necesidad viendo que ya hay fabricados ledes que aportan longitudes de onda específicas para cultivar. Nosotros, en Cascade, únicamente empleamos la luz del sol”.

Para más información:
José Góngora
Cascade
91 rue de Roissis
92140 Clamart (France)
Tel.: +34 666 427 064
jose.gongora@lightcascade.fr
www.lightcascade.com