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Confagricoltura Bologna

La fruta se queda en los árboles por falta de mano de obra en Italia

Sequía, aumento de los costes de producción y falta de mano de obra: una mezcla que corre el riesgo de ser letal para la agricultura italiana. Ahora que la campaña de frutas de verano está en su apogeo, la escasez de trabajadores se está manifestando en todo su dramatismo, con perjuicios económicos para las empresas agrícolas y consecuencias para toda la cadena de suministro, hasta el consumidor. 

"Nos vimos obligados a tirar más de 15 quintales de cerezas", dice Andrea Cavani, un productor de frutas de la localidad de Bazzano asociado a Confagricoltura Bologna. "La cosecha no puede esperar: las frutas se deben recolectar cuando alcanzan la madurez y, lamentablemente, no he encontrado los recursos necesarios para llevar a cabo la cosecha en los tiempos que dicta la naturaleza. Para tratar de limitar los daños y evitar mayores desperdicios, hice todo lo posible. Todos los miembros de mi familia se esforzaron al máximo, incluido mi padre, que a sus 80 años se remangó y trató de ayudarme. Por un lado, me llamó la atención su dedicación y espíritu de sacrificio, puesto que cosechar cerezas con más de 30 grados de centígrados ciertamente no es un juego de niños, por otro lado, me di cuenta que estamos cerca de un punto de no retorno en cuanto a la búsqueda de mano de obra. Si bien hasta hace dos años el problema era pequeño, ahora corre el riesgo de poner cualquier finca en serias dificultades. Si no cosechas, no vendes y no hay ingresos para la empresa. Lamentablemente, la ecuación es muy sencilla". 

Foto de archivo

Puede haber muchas razones que llevaron a este escenario: la pandemia, que hizo más complicados los movimientos de los trabajadores extranjeros, que también se toparon con las dificultades burocráticas relacionadas con el Decreto Flussi de 2021, que establece cuántos ciudadanos extracomunitarios pueden entrar en Italia para trabajar; el auge de la contratación en otros sectores como la construcción y la logística y la presencia de la Renta de la Ciudadanía, cuya finalidad muchas veces se ve ensombrecida por un uso que no satisface plenamente a las empresas. 

"Nuestro objetivo es tratar de atajar lo antes posible esta situación que está causando daños no solo a toda la cadena productiva, sino también a los propios consumidores. Cuando los volúmenes de producto que se ponen en el mercado son más bajos de lo esperado, su coste aumenta y esto pesa sobre los bolsillos de los ciudadanos, que ya se ven afectados por la inflación. La escasez de volúmenes comercializados por falta de mano de obra hace que toda la situación sea aún más frustrante", explica Guglielmo Garagnani (en la foto), presidente de Confagricoltura Bologna. 

"En todo el mundo es común pensar que en el futuro habrá una mecanización de la recolección de las frutas y hortalizas, pero también debemos pensar en el presente. Además de desarrollar campañas dirigidas a los jóvenes, que pueden estar interesados en alternar entre estudiar y trabajar durante el verano, queremos trabajar en sinergia con las instituciones para sensibilizar a quienes disfrutan de la Renta de la Ciudadanía. Tenemos que explicarles que, con el trabajo estacional, en determinadas condiciones, estas redes de protección social no dejan de funcionar, sino que simplemente se ponen en pausa, antes de volver a activarse cuando finaliza la relación laboral. Muchos desconocen estos procedimientos y declinan así las ofertas de trabajo que les llegan de nuestras fincas".

Para el futuro inmediato, el deseo de todos es, en efecto, no volver a encontrarse en esta situación. "Nos estamos preparando para iniciar la campaña de la pera. Estimamos una cosecha de unos 4.000 quintales y desde hace semanas estoy buscando las últimas personas para completar la cuadrilla de recolectores. Espero no verme obligado a tirar la fruta otra vez. No me lo puedo permitir, considerando los costes de producción que ya he asumido", concluye Cavani.

Fecha de publicación: