Según el estudio de campo realizado por la sectorial francesa de patata (UNPT) por encargo de la interprofesional CNIPT, las superficies francesas destinadas a la producción de patatas de consumo (frescas e industriales) marcarían un repunte contenido del 1% en 2022, aumentando en 1.480 hectáreas respecto a la superficie contabilizada en 2021, hasta las 152.520 hectáreas. “Esta cifra muestra una dinámica positiva, pero no permitiría compensar el descenso de superficie registrado en 2021, mientras el sector planifica la campaña de 2023 en un contexto de tensiones sin precedentes”, señala la UNPT en un comunicado emitido recientemente.
“El impulso positivo se mantiene, a pesar de todo, contenido, tras el descenso del 3,0% de la superficie observado entre 2021 y 2020, señal de que el aumento descontrolado de los costes, la inestabilidad del mercado en determinados segmentos y una climatología delicada desde hace varios años han llevado sin duda a frenar la dinámica inicial de productores, que sin embargo son prometedores en 2022. ¿Será lo mismo para 2023?”, resalta la organización.
La región de Hauts-de-France (Nord-Pas-de-Calais y Picardie) se consolida como la región más productora con 53.00 ha y un aumento de 1.800 ha, ligado a la muy fuerte demanda de la industria transformadora francesa y extranjera (patatas fritas, patatas fritas, etc.) y a posibles cesiones de superficies inicialmente destinadas a la fécula de patata hacia la industria de la patata.
Para la evaluación del rendimiento, habrá que tener en cuenta el episodio de calor extremo del 18 y 19 de julio, así como la evolución este verano.