Este año, la situación en el mercado de las zanahorias ha sido muy diferente. "El año pasado hubo mucha oferta", dice Kees Heegsma, en los Países Bajos.
"Ahora, el mercado se ha visto marcado por el tiempo seco y la escasez. La superficie se ha reducido tras dos años malos. También ha tenido su impacto el virus de la mota amarilla de la chirivía (PYFV)".
"Así pues, las parcelas tempranas han tenido rendimientos escasos. Nuestros países vecinos se enfrentan a lo mismo. Actualmente, solo disponemos de una pequeña cosecha", explica Kees.
Un campo afectado por el virus de la chirivía.
"La demanda es buena. El mercado local y el de los países vecinos quieren cultivos de campo abierto, y también se exporta a África. Los precios de los cultivos de campo abierto han subido a entre 0,25 y 0,30 euros. Los productores están teniendo que resistir este año. Llevan dos años sin ganar nada mientras los costes han aumentado enormemente. Ya es hora de que los supermercados y los compradores se den cuenta de que acabarán no quedando cultivadores si maltratan a los productores y a los transformadores. Es inaceptable que los supermercados aumenten sus márgenes mientras los proveedores son incapaces de cubrir sus costes".
"Sin embargo, la situación actual no dicta cómo se desarrollará la temporada. Ahora mismo hay escasez de zanahorias debido a la menor oferta y al tiempo seco. Pero la situación en las parcelas de producción para almacenamiento es, en general, buena. Esa es otra historia. Solo podremos empezar con ellas dentro de uno o dos meses. Los costes de refrigeración de esas zanahorias de almacenamiento se han disparado, por lo que la gente será más reacia a conservar sus zanahorias en cámaras frigoríficas", concluye Kees.
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Kees Heegsma
Heegsma
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