Cada año se producen más de 43 millones de toneladas de mangos en todo el mundo, y en Ismailia, la ciudad del canal del norte de Egipto, los productores están aprendiendo a vencer el calor con nuevas adaptaciones. El aumento de las temperaturas y el moho negro acabaron con el 70% de la cosecha de mango de Ismailia el año pasado. Sin embargo, este año las cosas han vuelto casi a la normalidad. Los productores de mango egipcios han introducido nuevas técnicas de ventilación, invernaderos, poda y fertilizantes.
"En cuanto a la mitigación del cambio climático, en el caso de los cultivos extranjeros, los árboles no son tan altos, así que hacemos invernaderos para cubrir los árboles de las altas temperaturas y protegerlos también del frío", señala Mahmoud Tohamy, un agricultor local de mangos. "Esto también reduce los pesticidas que utilizamos, por lo que el producto tiene las especificaciones necesarias y es digno de exportación. En cuanto a los cultivos locales, los árboles son altos, así que hacemos pasillos y podamos para permitir que pase el sol y el aire".
Otra adaptación ha sido traer diferentes especies de mangos de otros países.
Fuente: i24news.tv