De acuerdo con cifras del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), Ecuador cuenta actualmente con 849 hectáreas dedicadas al cultivo de ajo que producen 6.000 toneladas anuales, mientras el consumo anual es de 12.600 toneladas, por lo que para cubrir la demanda nacional el país importa la hortaliza desde China y Perú.
Según el Banco Central del Ecuador, el año pasado se importaron 974 toneladas de China, mientras que el Instituto Estadístico de Perú detalló que envía 5.700 toneladas por año a Ecuador; aunque se presume que también entra ajo de forma ilegal.
La Sclerotinia provocó la caída en la producción nacional
Hace una década, el ajo se cultivaba en las comunidades de Pilahuín, Chibuleo, Santa Rosa y Juan Benigno Vela, en Tungurahua, donde se contabilizaban 215 hectáreas. Sin embargo, las plantaciones fueron afectadas por Sclerotinia, un hongo causante de podredumbre.
Édison Cobo, director distrital del MAG de Tungurahua, aseguró que la presencia de Sclerotinia ocurrió posiblemente por el ingreso de semilla de ajo de Perú. “Este hongo vive en el suelo entre 8 y 12 años, por eso el ajo no crece en los suelos de esas parroquias de Ambato. La gente cree que es por el cansancio del suelo, pero es por la mala calidad de la semilla que dañó la tierra cultivable”, indicó.
En la actualidad se articula un trabajo coordinado con las Juntas Parroquiales de Juan Benigno Vela, Pilahuín y Santa Rosa para iniciar un proyecto piloto de siembra en parcelas, con la utilización de semilla certificada. “La idea es que la gente deje de comprar la semilla que llega de Perú al Mercado Mayorista para evitar la contaminación de los suelos”, dijo Cobo. Con las pruebas en las parcelas se determinará el método adecuado para que los agricultores puedan producir sin el peligro de perder su inversión.
Fuente: elcomercio.com