Los estadounidenses consumen más de 13 kg de tomates por persona al año, pero tres cuartas partes en forma procesada. Mientras que las variedades de fruta fresca producidas comercialmente se cultivan en su mayoría en entornos muy controlados, lejos de los caprichos del tiempo, el cambio climático parece que será un gran problema para los tomates para industria.
Los tomates son especialmente susceptibles al cambio climático: según un estudio publicado en Nature Food, en 2050 la producción de Estados Unidos (California produce el 90% de los tomates procesados del país), China e Italia, que son los tres mayores productores de tomate del mundo, podría disminuir un 6%.
California es un gran productor de tomates, pero el estado es cada vez más caluroso, con temperaturas que alcanzan más de 35 grados en primavera y verano en las zonas que cultivan tomates, como los valles de San Joaquín y Sacramento. Cuando las temperaturas son extremadamente altas, un porcentaje menor de las flores de una planta de tomate se convierte en una fruta, según Tom Turini, un asesor agrícola de la Universidad de California responsable de los cultivos de hortalizas en el centro de California, especialmente en los condados de Fresno y Kings.
El aumento de las temperaturas del aire también supone una mala noticia para el riego, sobre todo teniendo en cuenta que algunas zonas, como California, ya se enfrentan a una escasez crónica de agua, el segundo problema.
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Como los costes de producción como el agua, el combustible y los fertilizantes están aumentando, los expertos prevén que los precios subirán aún más de lo que ya lo están haciendo. En comparación con los 3.000 dólares que costaba hace unos años, cultivar una hectárea de tomates para procesar cuesta ahora más de 4.000 dólares, según declaró un productor del centro de California.
En agosto, los precios de venta al público de la salsa de tomate eran un 17% más altos que los del año pasado, mientras que los del ketchup eran un 23% más altos, según la empresa de análisis de datos e investigación de mercados IRI. El año pasado, por ejemplo, el precio de la salsa de tomate por unidad era de 3,08 dólares, frente a los 2,64 dólares de 2016.
Fuente: grid.news