El próximo 1 de enero entrará el vigor el "impuesto al plástico", una tasa que genera "dudas legales" a la industria alimentaria, que también teme por el impacto económico en un sector que ya padece el incremento de costes en sus procesos.
Como publica Efeagro, esta tasa establece 45 céntimos por kilogramo de plástico de un solo uso, la cual deriva de la Ley de Residuos y Suelos Contaminados.
"Pedimos a la Administración que, en la tensionada situación económica actual, no adopte ninguna medida fiscal que perjudique la competitividad de las empresas y a los propios consumidores", apuntan fuentes de la Federación Española de Industrias de la Alimentación y Bebidas (FIAB).
Además de los motivos estrictamente económicos –unos 2.000 millones según un estudio de Analistas Financieros Internacionales (AFI)–, la implementación de un impuesto de estas características es "muy complejo y necesita un desarrollo reglamentario donde se expliquen de manera detallada todos los procedimientos y trámites administrativos a seguir", añaden.
En esta línea, FIAB considera que "las empresas deben contar con un margen de tiempo suficiente para poder resolver estas cuestiones".
Según la gerente de sostenibilidad de la Asociación Española de Fabricantes y Distribuidores (AECOC), Cinta Bosch, "el plástico es indispensable para muchos usos e insustituible", y opina que no hay plástico reciclado disponible ni en cantidad ni en calidad para abastecer a toda la industria alimentaria y, además, hay plásticos reciclados que no pueden tener un uso alimentario.
Bosch llama la atención sobre otra de las obligaciones que implica esta ley, como la Responsabilidad Ampliada del Productor, una medida que puede sumar 1.150 millones de impacto al sector en un contexto de incremento disparado de costes, especialmente los energéticos.
Con todo, la experta de AECOC entiende que con todos estos costes se resta competitividad a las empresas pues solo Italia tiene un impuesto similar.
Fuente: efeagro.com