Ya hemos hecho una introducción general de los motivos de este especial, hemos ofrecido información básica general sobre el país y su horticultura, y hemos contado las historias de varias empresas. Este artículo pone el foco en el programa del Gobierno de Estados Unidos que ha respaldado y favorecido el desarrollo del cultivo y la exportación de fruta en Moldavia en los seis últimos años: el proyecto High Value Agriculture Activity in Moldova ("Actividad agrícola de alto valor en Moldavia") o HVAA.
Tatiana muestra un precioso racimo de uvas Moldova
Diana Vlasiuc trabaja en Chemonics en Moldavia. Esta consultora estadounidense recibió el encargo de materializar este proyecto en el campo. Diana nos habla de los objetivos, de la operación concreta y de los resultados conseguidos por esta iniciativa totalmente financiada por la USAID (Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional), una de las agencias de desarrollo internacional más importantes del mundo.
Fue creada por el presidente J.F. Kennedy en 1961 con el fin de, como indica la agencia en su web, "llevar a cabo esfuerzos de desarrollo internacional para salvar vidas, reducir la pobreza, fortalecer la gobernación democrática y ayudar a las personas más allá de la ayuda directa". El proyecto HVAA se enfoca en desarrollar el sector hortícola de Moldavia para permitirle entrar en el mercado internacional de manera competitiva.
Para desplegar este proyecto, USAID eligió a Chemonics, una consultoría fundada en 1975 cuya misión es "promover un cambio significativo en el mundo y ayudar a las personas a llevar vidas más saludables, más productivas e independientes". Los primeros proyectos en los que la agencia puso las miras, en colaboración con USAID, fueron en África, pero desde entonces ha ampliado sus horizontes para incluir todo el mundo. En los últimos años, EE. UU. también ha apoyado al sector hortícola moldavo profesional y económicamente.
Alcanzar su gran potencial
"El futuro de los sectores agrícolas y hortícolas de Moldavia se presenta halagüeño, pero para incrementar su competitividad y alcanzar su pleno potencial, el país necesita un respaldo sistémico", explica Diana. "Como sugiere el nombre del proyecto, nuestro respaldo se centra en las actividades hortícolas de alta calidad, en cultivos que generen unos ingresos netos elevados. En concreto, se trata de tres grupos de productos: vino, miel y frutas y hortalizas. El objetivo más amplio de este proyecto es elevar el nivel de vida de los moldavos del ámbito rural".
Diana conversando con Piet Schotel, asesor del CBI
"Para satisfacer las nuevas demandas del mercado, asesoramos y apoyamos económicamente a los productores y expertos en áreas como prácticas e infraestructuras de cultivo, certificación, almacenamiento, envasado y logística. Y analizamos qué variedades de fruta son adecuadas para qué mercados. Además, emparejamos muy específicamente a productores con compradores de diferentes países. Yo participo como especialista en comercio y marketing", explica Diana.
Diversificación varietal
El primer punto focal del proyecto es la diversificación varietal. "La mayoría de los huertos todavía están orientados a Rusia; hasta ahora, el mercado más importante de Moldavia. En manzanas, siempre ha habido y todavía hay un exceso de oferta de Idared y otras variedades antiguas. Estas no funcionan bien en Europa ni en Oriente Medio, los dos principales mercados que queremos explotar gradualmente. La cuota de manzanas exportadas a Rusia cayó de un 95% a cerca de un 80% la primavera posterior al inicio de la guerra. Con el veto, las exportaciones al mercado ruso se han detenido por completo. El reto ahora es cultivar las variedades correctas para los nuevos mercados. En Dubái, por ejemplo, se aprecia la Gala".
"También los campos de ciruelas se van renovando paulatinamente. En el mercado alemán, donde iniciamos un plan de exportación en 2018, las ciruelas Stanley tienen demanda. Las de Moldavia tienen un mejor valor Brix que las de Serbia o Macedonia del Norte. Además, llegan al mercado de septiembre a noviembre y, cuando nosotros tenemos volúmenes grandes de ciruelas, en diciembre, es cuando hay menos oferta de otros países de origen. Para entonces, la cosecha en el sur y el centro de Europa ha concluido", continúa Diana.
Gracias a los esfuerzos de HVAA, ahora se exportan a Alemania grandes cantidades de ciruelas.
El servicio de certificación y logística correcto
El proyecto HVAA no solo asesora, sino que también ofrece los medios económicos para alcanzar una meta concreta: hacer que el sector frutícola moldavo sea atractivo y competitivo en el mercado internacional. "Y para eso, en primer lugar, se necesitan las certificaciones correctas. El proyecto anima a las empresas a implantar GlobalGAP y GRASP y paga los costes asociados. Todavía no hay muchas empresas de cultivo moldavas que puedan presentar estas certificaciones necesarias para los mercados de primer nivel".
En los últimos cinco años, con el respaldo económico de USAID, el proyecto HVAA ha logrado ayudar a muchas empresas a mejorar su infraestructura invirtiendo en tecnologías innovadoras y en mejores prácticas. "Por ejemplo, hemos favorecido la concesión de diferentes subvenciones que han mejorado la clasificación de la fruta y su envasado (como en flow-pack y en cajas bushel). En el pasado, era algo que apenas se hacía para el mercado ruso", dice Diana Vlasiuc.
Los interesados en enviar manzanas a Europa u Oriente Medio también puede contar con ayuda económica. "Este año, nos hemos hecho cargo de los costes logísticos de la exportación a Europa porque, cuando Moldavia tiene que competir con las cosechas locales, los costes de transporte, como es evidente, ponen en desventaja al país. Además, hemos aportado 3.500 € por ruta para el transporte a Oriente Medio".
Apertura de los puertos a nuevos mercados
Para mejorar sus oportunidades de exportación, Chemonics viaja a ferias con los productores y exportadores moldavos y organiza misiones comerciales. "En 2018, iniciamos un plan de exportación de las ciruelas Stanley al mercado alemán. Al año siguiente, se enviaron tres cargas a una gran cooperativa alemana. Les gustó el producto, y las cantidades de importación se elevaron a ritmo constante. La temporada pasada, partieron 60 camiones con destino a ese cliente. Estamos orgullosos. Y el año pasado, asistimos y respaldamos, económicamente, a la Moldova Fruct Association en la organización de una misión comercial a Dubái", dice Diana.
"De aquello salieron algunos contratos, así que, por primera vez, Moldavia exportó productos a ese emirato. No redactamos los contratos, pero desarrollamos planes de marketing para entidades exportadoras claves, les asesoramos sobre los requisitos y las regulaciones del mercado, concedemos subvenciones para respaldar actividades innovadoras de marketing y la promoción de frutas en mercados no tradicionales. Desde entonces, han partido barcos con manzanas moldavas a otros países de Oriente Medio y también Malasia. Hace tan solo dos semanas, nos visitó una gran empresa de Dubái, planificando la importación de más de 40 contenedores de manzanas Gala. Por lo tanto, hay un claro progreso".
Y según Diana, aunque Polonia y Ucrania también tienen la vista puesta en Oriente Medio y Asia, hay demanda de manzana más que suficiente. "Además, tenemos una calidad excelente aquí. Por tanto, en este proyecto, también nos centramos mucho en las técnicas de cultivo adecuadas y animamos a los productores a probar huertos modernos como emparrado o plantación intensiva de manzanos. Creo incluso que nuestras manzanas moldavas saben mejor que las manzanas de nuestra competencia. Aunque, para ser sinceros, no es mérito nuestro totalmente; deberíamos estar especialmente agradecidos por el clima y el suelo fértil que Moldavia nos ofrece libremente".
Hace dos años, el sector moldavo vio su oportunidad. Las heladas afectaron a Italia y España y provocaron extensos daños en los albaricoques, lo cual derivó en escasez de esta fruta en el mercado europeo. "Aprovechamos bien la oportunidad. A los clientes europeos que probaron nuestros productos les encantaron, así que ya estábamos en marcha. Todavía nos llegan pedidos de nuestros albaricoques, aun cuando hay oferta suficiente de España o Italia. Esta historia de éxito me hace confiar en que, dentro de cinco a diez años, podremos vender una parte significativa de nuestro albaricoque y otros cultivos de fruta en el mercado de la UE. El sabor; esa es nuestra mejor baza", explica Diana.
Se han instalado muchas líneas de clasificación en toda Moldavia gracias a USAID
Aun así, todavía queda mucho por hacer para cumplir ese sueño, ya que el sector frutícola moldavo todavía no puede siempre suministrar los volúmenes requeridos. "En el caso de las manzanas y las ciruelas, todavía hay que arrancar y replantar muchos huertos con variedades de las que demandan los clientes europeos. Nuestro legado de atención al mercado ruso todavía pesa demasiado. Por ejemplo, este año, por desgracia, tuvimos que rechazar una propuesta de un gran importador alemán de ciruelas porque, sencillamente, no podíamos suministrar las cantidades requeridas por su programa".
Diana espera que la liberalización comercial temporal de los siete productos hortícolas de Moldavia que todavía no se habían liberalizado por completo –tomates, ajo, uvas, manzanas, cerezas, ciruelas y zumo de uva– se extienda más allá del plazo de un año fijado. "De lo contrario, nos volveremos a ver obstaculizados por cuotas específicas como, por decir algo, 20.000 toneladas para las ciruelas".
Moldova Fruct continuará con su trabajo
El proyecto HVAA finaliza este año, por lo que Chemonics ha estado trabajando estrechamente con Moldova Fruct durante un tiempo, incluida la formación de parte del personal de esta asociación sectorial, para que se continúe prestando respaldo a los productores y exportadores y para garantizar la sostenibilidad.
"Estamos ayudando a seguir profesionalizando la organización para que los productores puedan acudir a ella con total confianza cuando necesiten asesoramiento o ayuda. Canalizamos la ayuda económica que ofrecemos a los productores a través de Moldova Fruct, lo que demuestra que lo consideramos un socio privilegiado. Y estamos seguros de que continuará con nuestro trabajo. Al fin y al cabo, son quienes mejor conocen las necesidades de sus miembros y productores. Ahora estamos a la espera de que se anuncie pronto un nuevo proyecto. También estará centrado en los sectores agrícola y hortícola, pero con diferentes énfasis", concluye Diana.
Para más información:
www.chemonics.com
Diana Vlasiuc / Tatiana Burca
Trade and Marketing Managers
Agricultura Performantă în Moldova
High Value Agriculture Activity Project (HVAA)
USAID Contractor
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