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Freshfel Europe llama a la acción para combatir la escalada de los precios de la energía y su repercusión en el sector hortofrutícola

A la luz de la escalada sin precedentes de los precios de la energía, Freshfel Europe llama a la acción a las autoridades para mitigar el impacto de largo alcance en el sector hortofrutícola. Las empresas del sector corren el riesgo de sufrir graves dificultades económicas e incluso la quiebra debido a los elevados precios de la electricidad y el gas, combinados con los aumentos de los precios de los insumos, los servicios y la logística. Estos incrementos apenas pueden ser absorbidos ya por la cadena al haberse reducido los márgenes, y, por el momento, no se han trasladado a los consumidores.

La producción y distribución de fruta fresca precisa de energía para diferentes fines a lo largo de la cadena de suministro. La cantidad de energía usada y cuándo se utiliza depende del producto y de su destino en el mercado.

La producción a campo abierto necesita electricidad para un riego adecuado; la producción de interior necesita gestión de temperatura y una iluminación apropiada. Las instalaciones de envasado y almacenamiento deben tener ciertos niveles de refrigeración y una atmósfera con temperatura controlada, al igual que las instalaciones de maduración. La logística y el transporte también requieren energía. De igual manera, los centros de distribución y los retailers necesitan garantizar unas condiciones adecuadas para ofrecerles a los consumidores productos frescos y seguros.

En esta crisis energética, los operadores hortofrutícolas se enfrentan a diferentes condiciones contractuales y su dependencia energética puede variar. Por ese motivo, operan en unas condiciones desiguales entre los distintos mercados energéticos nacionales de la UE. Algunos operadores hortofrutícolas se enfrentan a facturas de electricidad hasta diez veces superiores a las del año anterior. La escalada de los precios de la energía está aumentando la considerable presión económica que sufre el sector hortofrutícola europeo, que opera con unos márgenes muy ajustados. Dado que el poder adquisitivo del consumidor está disminuyendo a causa de sus propias facturas energéticas, Freshfel Europe está notando también un marcado descenso del 10% en el consumo de frutas y hortalizas en los últimos meses. Esto agrava aún más los problemas de rentabilidad del sector hortofrutícola. Es probable que se produzcan dificultades económicas o incluso la quiebra de los operadores si no se encuentran soluciones rápidamente.

Freshfel Europe está expresando las preocupaciones del sector en torno a la energía a los responsables de la toma de decisiones. Philippe Binard, delegado general de Freshfel Europe, comenta: "Estimamos que los costes energéticos añadidos del sector ascienden a cerca de 6.800 millones de euros en la temporada en curso, desde la salida del producto de los campos hasta su llegada a los almacenes de envasado. Además, cada categoría de producto podría tener también costes energéticos añadidos en la cadena. Por ejemplo, si las tendencias en el almacenamiento de las manzanas no cambian, hemos calculado que esa factura añadida podría acercarse a los 200 millones de euros la próxima temporada".

Este nuevo coste energético se suma a otros costes crecientes observados en el último año para los insumos de producción, los servicios y la logística, que ya se han observado tras la pandemia de COVID y sus consiguientes aspectos perturbadores. Freshfel Europe ya advirtió que el sector sufrió en el último año unos costes añadidos anuales de unos 10.000 millones de euros.

Los precios al detalle de otros sectores alimentarios han sufrido una inflación recientemente de entre un 15 y un 20%, costes añadidos que se han trasladado a los consumidores. Dicha transferencia no se ha reflejado todavía en los precios de las frutas y hortalizas para los consumidores finales. Aunque estos productos son uno de los más asequibles y nutritivos de las diferentes categorías de alimentos, su posición se ve amenazada ahora. Se trata de una situación alarmante, teniendo en cuenta el rol esencial de las frutas y las hortalizas, que forman parte de la solución para alcanzar las metas de sostenibilidad de la UE fijadas en el Pacto Verde Europeo, en la estrategia "De la granja a la mesa" y en el paquete "Fit for 55", así como para garantizar el objetivo de mejora de la salud del Plan de la UE contra el cáncer.

Freshfel Europe también llama la atención sobre los efectos colaterales de la crisis energética. La frescura, la calidad y la seguridad de los productos pueden estar en peligro sin un correcto control de la temperatura en el almacenamiento, y el riesgo de contaminación microbiológica aumentará si se interrumpen las cadenas de frío. Esto, a su vez, tendrá un efecto negativo sobre la sostenibilidad, ya que el desperdicio alimentario se incrementará. Binard subraya: "Nuestro sector debe ser clasificado como esencial y quedar excluido de cualquier posible recorte energético. Así se garantizará su capacidad para cumplir su función esencial en el suministro de productos frescos, seguros y de calidad a los consumidores".

La fluidez del mercado puede verse alterada en los próximos meses. Los productores se enfrentan a decisiones difíciles en la cosecha, el almacenamiento o el procesamiento de sus productos en función de su capacidad prevista para soportar la factura energética. La estabilidad del mercado hortofrutícola también se verá influida por las tendencias de los sectores de frutas y hortalizas congeladas y procesadas, así como de los aceites esenciales, todos ellos también sensibles al consumo de energía. En el medio plazo, la seguridad alimentaria está en peligro debido a la capacidad de los productores y comerciantes para ser sostenibles económicamente durante la crisis energética. Binard explica que "el suministro de frutas y hortalizas frescas puede disminuir si los agricultores abandonan el negocio o dejan los productos sin cosechar al no poder almacenarlos. La producción en invernaderos puede reducirse para limitar la calefacción o la iluminación".

Freshfel Europe insta a los responsables regionales, nacionales y europeos de la toma de decisiones a considerar todas las medidas necesarias para ayudar al sector hortofrutícola a demostrar, una vez más, su resiliencia y a continuar suministrando a los consumidores europeos frutas y hortalizas de calidad, sabrosas, variadas, seguras y asequibles. La crisis energética brinda una oportunidad sin precedentes para seguir posicionando las frutas y hortalizas frescas como productos esenciales, dados sus beneficios únicos para la salud y su impacto medioambiental mínimo en la cadena alimentaria. Freshfel Europe ha identificado las siguientes medidas como pasos esenciales que deben darse sin más dilación:

  • Considerar en la PAC o en otras políticas todas las medidas excepcionales necesarias para minimizar las consecuencias de la crisis energética para el sector hortofrutícola, un sector esencial.
  • Crear unas condiciones de igualdad en la UE para evitar la distorsión de la competencia entre los operadores. Fijar topes de precios de la energía en el ámbito europeo es deseable.
  • Asegurar que las frutas y hortalizas queden exentas de posibles recortes energéticos para garantizar la frescura, la calidad y la seguridad de los productos.
  • Avanzar hacia la autosuficiencia en la producción de energía y respaldar tecnologías innovadoras en el sector para lograr la eficiencia energética.
  • Estimular la producción de energía en huertos, invernaderos y otras instalaciones del sector para su autoconsumo y reducir la dependencia, con la posibilidad de introducir el excedente de nuevo a la red dentro de una red reforzada en las zonas rurales.
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