"Este invierno, habrá solo alrededor de un diez por ciento de la oferta habitual de hortalizas de invernadero belgas", predice Barry Michiels, de la exportadora Gebroeders Michiels. "En lo que respecta al suministro local, es como si hubiéramos retrocedido diez años. En los últimos años siempre hemos tenido pepinos y tomates cultivados con luz artificial y pimientos en invierno. Pero este año, el aumento de los costes de la calefacción nos ha obligado a recurrir a las hortalizas de invierno estándar. El suministro está volviendo a ser estacional, en lugar de haber disponibilidad durante todo el año".
Un invierno frío sería preferible para el negocio
Aunque los precios del gas en Bélgica han bajado ligeramente, el comerciante no cree que esto vaya a tener alguna influencia en el suministro de hortalizas de invernadero. "Desde el viernes, los precios del gas han vuelto a bajar un poco, pero las decisiones ya están tomadas. Muchos cultivadores no van a utilizar la calefacción este invierno, y es comprensible que no den marcha atrás en esa decisión. Hay productos, como las lechugas, que normalmente están disponibles durante todo el año", dice Barry. "Pero si esos cultivadores solo obtienen entre 0,60 y 0,70 euros por pieza, van a perder dinero. Por supuesto, no quieren arriesgarse. Todavía tenemos pimientos, berenjenas y pepinos, pero el suministro está empezando a caer poco a poco. Todavía tenemos capacidad para ofrecer tomates durante unas seis semanas, hasta mediados de diciembre. Después, nuestro negocio dependerá principalmente de la venta de hortalizas de invierno, como puerros, zanahorias, coles de Bruselas o coles".
"No hay problemas de suministro. Hay bastante disponibilidad de esas hortalizas. Sin embargo, en lo que respecta a la demanda, la situación es más problemática. Que las temperaturas sean templadas en otoño es agradable para la gente, pero para el negocio es preferible que haga mucho más frío. Un invierno frío impulsa la demanda de puerros, zanahorias o coles de Bruselas. Un descenso de las temperaturas y un aumento de la demanda de verduras de invierno nos beneficiarían. De lo contrario, tendremos un invierno muy mediocre, lo que sería una pena, tras un, hasta ahora, excelente 2022", continúa Barry.
Dependientes de la oferta española
"Tendremos que lidiar con ello. Si no hay suministro, no tienes nada que vender. No se puede hacer nada al respecto". El exportador señala que sus clientes del mercado mayorista alemán están recurriendo a los tomates y pimientos de España o Marruecos. "He oído que los productores de esos dos países han ampliado su superficie".
"Ven que hay menos volumen disponible en los Países Bajos y Bélgica y están deseando sacar provecho de ello. El único riesgo es que ellos también dependen de la condiciones meteorológicas. Si hiciera mal tiempo allí, habría mucha escasez en el mercado, pero todavía no podemos hacer ningún comentario al respecto", explica Michiels.
La inflación afecta a la hostelería
De cara al invierno, el mercado se está viendo afectado por la incertidumbre. "Podremos sobrevivir a una mala temporada de invierno, pero para los productores sería desastroso, y por desgracia, tampoco espero mucho de la hostelería. La inflación está haciendo que la gente controle más sus gastos. Comer fuera es uno de los primeros gastos a recortar".
"Así pues, se venden menos productos como la lechuga o los tomates cherry. Las ventas al por menor de estos productos no se detendrán, pero espero una menor demanda por parte de la hostelería. Esta época del año suele ser de transición para nosotros. Nadie sabe si las cosas volverán a la 'normalidad' después del invierno", concluye Barry.
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Barry Michiels
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