La segunda parte de la campaña arranca positivamente en Castellón: los precios en el campo son altos, hay demanda, no existe peligro de plagas y la presión de fruta foránea es más bien baja.
La Hernandida, por ejemplo, cotiza en el campo a una media de 0,50 euros el kilo; la Sando a 0,60 y la Tango se paga a entre 0,75 y 1 euro, valores mucho más altos que los de la temporada pasada, cuando esta variedad alcanzó una cotización máxima de 0,60 euros. “Los precios acompañan, aunque es cierto que las cantidades de estas variedades que produce Castellón no tienen nada que ver con las de la Clemenules”, explica Víctor Viciedo, citricultor y presidente de la Associació de Llauradors Independents de Vila-real.
Los valores que se registran en el campo son los más altos en años y, sin duda, la citricultura respira ahora tranquila dejando atrás una campaña de Clemenules que en las cooperativas califican de ruinosa.
"Las altas temperaturas han multiplicado la presencia de la araña roja y eso nos ha obligado a desechar kilos y kilos de fruta”, coinciden en varias compañías de Castellón. Y a este problema se ha unido una gran cantidad de reclamaciones en destino, ya que la fruta salía de los almacenes de la provincia en buenas condiciones pero llegaba a mercados como el francés o alemán podrida. “La merma ha sido de un 35% y, aunque vendas bien, el dinero desaparece”, añaden.
Fuente: elperiodicomediterraneo.com