Por lo general, no es difícil encontrar uvas de mesa italianas en los lineales, incluso durante el período navideño. Este año, sin embargo, no parece haber sido tan fácil para los consumidores comprar uvas de calidad producidas en Italia.
"Ha sido la Navidad con la menor disponibilidad de uvas italianas en el mercado", comenta Donato Fanelli, empresario agrícola de Conversano, provincia de Bari, y miembro de la Comisión Italiana de Uva de Mesa (CUT). "Y es que el producto no aguantó, porque el tiempo húmedo y persistente ha influido en la calidad de las bayas. Además, las altas temperaturas hicieron que los racimos se deterioraran más rápido".
Por tanto, en este período festivo que acaba de finalizar, las estrategias para alargar la disponibilidad de uvas frescas gracias a técnicas de cultivo y métodos de conservación en ambientes climatizados no funcionaron como se esperaba, sobre todo por razones climáticas. "Desde los diez primeros días de diciembre la tendencia climática anómala, con un índice de humedad elevado y prolongado, ha contribuido a la propagación de enfermedades fúngicas (botritis) en los viñedos, que han hecho que muchas uvas no fueran aptas para la comercialización. De hecho, muchas cadenas de supermercados han preferido bloquear los suministros italianos y buscar producto en el extranjero", prosigue el empresario.
"Este año, los folletos de los supermercados estaban repletos de ofertas de otras frutas, principalmente manzanas, kiwis y clementinas. Por ejemplo, algunas cadenas de la región de Apulia han hecho promociones de uva Italia a unos 2,50 €/kg, con racimos que, sin embargo, no invitaron a la compra debido a su aspecto poco atractivo. El producto, además, no habría sido capaz de aguantar los envíos de larga distancia. Y es que las plantas (y las uvas) estaban visiblemente bajo estrés: los racimos se ennegrecieron inmediatamente después del corte".