Si bien el mercado del mango se suele caracterizar por altibajos, según Henk van der Meij, de la empresa holandesa Hars&Hagebauer, las semanas de la 50 a la 3 fueron realmente dramáticas debido a una oferta abundante y una demanda rezagada.
"La primera ola de grandes volúmenes de Perú llegó a un mercado en declive. Y es que hubo un momento en el que la demanda fue casi inexistente y los precios, muy bajos. Y para colmo, en algunos casos la calidad era mediocre", señala el importador. "Además de esto, la temporada brasileña se extendió más que en otros años y se produjo una increíble congestión en los puertos debido a los escaneos de la mercancía. Es decir, tuvimos la tormenta perfecta, pocas veces experimentada. El mercado se paralizó por completo y me temo que muchos mangos hayan terminado en el contenedor de basura".
"Afortunadamente, como siempre, después de la tormenta viene la calma: el suministro brasileño parece haber llegado a su fin, el ritmo de las llegadas de Perú se ha ralentizado y todos se están recuperando de sus heridas", dice Hank. "De hecho, el precio de los mangos se está estabilizando en estos momentos debido a la oferta significativamente menor, aunque queda por ver hasta qué punto se recuperará el mercado".
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Henk van der Meij
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