Toca hacer el recuento de los daños del pedrisco, que tiñó este martes de blanco el municipio de Sanlúcar. La Agencia de Meteorología (AEMET) activó por la mañana la alerta amarilla por precipitaciones. La intensidad de la tormenta se cebó especialmente en la franja costera afectando de lleno a localidades como La Veta de la Algaida y El Llano de Bonanza, además de la zona centro de Sanlúcar. Al margen de la estampa blanca y de las anécdotas vividas con el pedrisco, la tormenta ha dejado cuantiosos daños en el sector agrícola. Fueron 45 litros en menos de media hora, lo que provocó inundaciones en muchas zonas de Sanlúcar y destrozos en numerosos invernaderos agrícolas.
Alberto Barrón, agricultor y responsable de la Asociación de vecinos de Los Llanos de Bonanza, se encontraba este miércoles haciendo recuento de las pérdidas en las plantaciones afectadas. El impacto del pedrisco se ha dejado sentir sobre más de 250 hectáreas de cultivo y ha dejado inservibles medio centenar de invernaderos de la zona.
Por su parte, desde la organización agrícola COAG, en la Costa Noroeste, se ha puesto de manifiesto que los cultivos dañados en invernaderos son el melón, calabacín y tomate. Así, Luis Rivera, empresario de cultivos de flor cortada, ha destacado también que la tormenta del martes ha dañado a plantaciones de patatas y zanahorias.
"Podemos hablar de desastre para muchos agricultores" afirma Miguel Pérez, secretario provincial de COAG, sobre todo en la zona de los Llanos de Bonzanza y La Veta de La Algaida, donde la tormenta de granizo ha destrozado medio centenar de invernaderos. No ha sido nieve, sino hielo lo que ha caído del cielo de manera intensa y por casi dos horas. Hay agricultores que comentan que el espesor de la capa de hielo alcanzaba los 40 centímetros. De esta manera, el peso del granizo ha tirado los invernaderos y quemado, a priori, las cosechas al aire libre, de patatas y zanahorias, características de la Algaida sanluqueña. Igualmente, hay cultivos que estaban recién sembrados, como el del melón temprano, cuya recogida estaba prevista para dentro de dos meses.
Ante lo ocurrido, y en espera de conocer el informe de daños definitivo, Miguel Pérez considera que, desde ya, todas las administraciones públicas deben volcarse en ayudar a los agricultores damnificados por esta catástrofe natural y que se restablezca cuanto antes este tejido productivo tan fundamental para esta zona de la provincia.
Cabe destacar que estos cultivos no estaban asegurados. De hecho, los propios agricultores destacan que las aseguradoras no quieren arriesgar.
Fuente: lavozdigital.es