"El suelo en nuestro negocio es uno de los componentes más importantes", comienza Patrick Aubery, gerente de Capote, con sede en Basse Pointe (Martinica), que actualmente está probando la agroforestería en su explotación. Muy interesado por la ecología, Patrick Aubery se orientó hacia las energías renovables y fue tras obtener su título de ingeniero cuando decidió seguir los pasos de su padre, que ya había iniciado un cambio hacia el suelo. "Desarrollar la fertilidad del suelo y cuidar el suelo es como desarrollar el capital", continúa. Una explotación que ahora es una "locomotora" y allana el camino a otros productores de la isla; un método de producción innovador en las plantaciones de bananas de Guadalupe y Martinica.
Patrick Aubery
En su explotación de 60 hectáreas, Patrick Aubery practica la agroforestería en unas 10 hectáreas. Precursor a la hora de dejar de utilizar insecticidas gracias al crecimiento de hierba permanente, el objetivo de Patrick Aubery es conseguir mejorar el suelo a la vez que cultiva bananas. "El reto consiste en encontrar el equilibrio adecuado añadiendo plantas sin dejar de tener una banana de calidad y productiva. Cuantas más plantas haya, más resistentes serán los sistemas a los riesgos climáticos". Así, en una misma parcela se combinan nada menos que cinco variedades: banana, el cultivo principal, hierba, plantas de cobertura como Desmodium, cacao y eucalipto.
