El Ministerio de Agricultura y Silvicultura de Turquía ha decidido limitar las exportaciones de tomates hasta el 14 de abril de 2023. El ministerio ha informado en una nota de que, "debido al reciente incremento anómalo del precio de los tomates en Turquía y a las terribles consecuencias del terremoto, que ha afectado directamente a 11 provincias, se hizo necesario tomar medidas para garantizar la seguridad alimentaria y estabilizar los precios".
Según un exportador turco, que desea permanecer en el anonimato, esta decisión tendrá grandes repercusiones para los productores y exportadores de tomate turcos. "La autoridad para restringir la exportación de tomates se le ha concedido al Ministerio de Agricultura en Turquía. Actualmente, nos encontramos en el periodo de mayor cosecha de tomate, en el cual la cantidad de producto se eleva por el aumento estacional de las temperaturas. En este periodo, cuando los costes de producción son de aproximadamente 8-10 liras turcas por kilo, el cese de las exportaciones es el precio mínimo previsto para que los productores puedan asumir los costes de mantenimiento y sobrevivir. Con el efecto de esta decisión en los precios del tomate, que caerán por debajo del precio requerido para cubrir esos costes, además de la pérdida de los mercados de exportación, el volumen producido estará por debajo de las medidas de temporada en abril y mayo, a causa de la pérdida de cultivos, la falta de mantenimiento o la retirada de productos en los invernaderos en el periodo de abril y mayo".
Este exportador turco de tomate está preocupado sobre todo por la posibilidad de perder todos los mercados que tanto esfuerzo les ha costado consolidar. "Además, es posible que los mercados que, durante años, con tanta dificultad le hemos ganado a la competencia, se pierdan en un solo día. La pérdida de estos mercados afectará gravemente a la planificación de la producción para el próximo año. Aunque el comercio de tomate se reanude el 14 de abril, las cadenas extranjeras tendrán acuerdos con otros países proveedores y a Turquía le costará años regresar al nivel en el que nos encontramos. Los países productores de la competencia no entregarán sus productos sin acuerdos especiales y duraderos. Aprovecharán la oportunidad de que la situación sea vinculante".
En opinión del exportador, este veto podría tener realmente efectos duraderos sobre el sector del tomate turco en su conjunto. "Las cadenas del mercado han impuesto grandes responsabilidades sobre los exportadores y fabricantes en Turquía, que están sometidos a compromisos. Cuando se conceda el permiso de exportación, el número de exportadores con la fortaleza económica para exportar disminuirá considerablemente. El sector sufrirá fuertes daños. Además, los créditos comerciales en actividades comerciales discontinuas provocarán graves pérdidas de cobro. Los productos preparados para los mercados extranjeros en las empresas ya contratadas están ahora dentro del ámbito de aplicación de la prohibición, y el valor de las pérdidas se expresará en millones de liras turcas".
Los analistas de EastFruit creen que la decisión tomada por el Gobierno turco tendrá un grave impacto en el mercado del tomate de invernadero en países que dependen de las importaciones de Turquía ya esta semana. Principalmente, estos son Ucrania, Moldavia, Georgia y Rumanía, entre otros tantos más, porque es Turquía quien suele abastecer de la mayoría de tomates de invernadero a estos mercados en marzo.
Por ejemplo, los importadores ucranianos de hortalizas de invernadero la semana pasada ya se pusieron a buscar alternativas a los proveedores turcos para esta semana en adelante. Teóricamente, podrían ser sustituidos por las importaciones de Marruecos, Irán o incluso España (tomates de calidad premium), pero es imposible reemplazar por completo la oferta turca, pues esos países tal vez no dispongan de los volúmenes de tomates que se necesitan ahora mismo.
Por consiguiente, puede esperarse un aumento marcado de los precios a partir de finales de esta semana en los países que dependen de las importaciones de tomates turcos, dada su ausencia, y el único factor limitante podría ser una de las excepciones especificadas en la decisión del Ministerio de Agricultura y Silvicultura de Turquía.
En ella se indica que las exportaciones a Chipre del Norte, Palestina y Azerbaiyán no están sujetas a la restricción, y su presencia en la lista de excepciones es lo que nos lleva a concluir que Turquía no ha desaparecido totalmente del mercado regional del tomate de invernadero. Naturalmente, no estamos hablando de la reexportación de decenas de miles de toneladas de productos, porque en Turquía en sí también existe una escasez de tomates de invernaderos. No obstante, cabe la posibilidad de reexportar a través de Azerbaiyán porque ya ha sido un importante reexportador de hortalizas y frutas de otro país vecino (Irán) hasta entonces.