"Creo que lo que está ocurriendo en el mercado de la cebolla es absolutamente asombroso. Hay confianza en el producto y vuelve a haber mercado, así que se puede ganar mucho dinero. Eso anima las cosas. Me encantaría tener unos cuantos años más así", comienza riendo Wouter van der Beek, de Bruin Export. Esta empresa holandesa está especializada en exportaciones a Alemania, Francia, Escandinavia y varios destinos de Europa del Este.
"Yo también he batido mi récord de 2018 de pagar a los productores 0,70 euros. ¿Es realista? No lo sé; los precios de las pacas aún no pueden compensarlo. Tampoco las exportaciones son muy altas en este momento. El año pasado, los productores dirigían el mercado; este año, los especuladores determinan el mercado, y los productores no hacen más que sumarse. Evidentemente, todas las aplicaciones de información y las cotizaciones ayudan. En cuanto empiezas a cotizar principalmente en la parte alta del mercado, se producen este tipo de efectos".
"Los productores se han cansado de vender sus productos a precios irrisorios. Gracias a los agricultores, los precios de todos los productos, ya sean cereales, remolacha o patatas, están subiendo. El sector agrario tendrá que acostumbrarse a que la época en que todo se hacía gratis ha quedado atrás. Tenemos que asegurarnos de que toda la cadena gane. Eso ya está afectando a la próxima temporada. Ahora los contratos se cierran a niveles de base mucho más altos, de 0,14 a 0,16 euros en el campo, y el sector también acuerda grandes precios", dice Wouter.
Wouter van der Beek, de Bruin Export.
"Eso les deja un sabor amargo a algunos porque, durante todo el año, apenas ha habido margen entre vendedor y comprador. Pagamos más a los productores de lo que recibimos en la paca. Si entras demasiado tarde, te quedas atrás toda la temporada. Y tampoco puedes ponerte al día. Puede que tengas que entrar a más de 0,70 euros. No es fácil que te quedes sin cebollas. Aún puedes encontrar cebollas en el mercado libre, aunque esa oferta es cada vez más escasa. Me parece que hay más cebollas de las que todo el mundo cree. Esas cebollas ya tienen destino pero aún no han sido procesadas. No es raro en esta época del año".
¿Se alcanzará esa marca mágica de un euro? "Para los supermercados, desde luego no lo descarto. Ha habido semanas en las que los precios subieron 0,20 euros. Hay un tope en alguna parte, pero solo el tiempo dirá dónde está. Debemos ser realistas y no dejar que la situación actual ensombrezca nuestra competitividad", advierte Wouter. "Espero que los productores mundiales de cebolla se anticipen a esta situación. Países como Egipto, Marruecos, Australia, Nueva Zelanda y quizá China ya conocen el camino y también pueden atravesar el globo con productos pelados y congelados. Cada semana se cultivan más cebollas nuevas en todo el mundo".
"Este año, las cebollas rojas van por detrás de las amarillas, pero sus precios siguen siendo excelentes. En cuanto recibamos pedidos de los tamaños pequeños, también se solucionarán la mayoría de los problemas de esas cebollas. Pero las cebollas rojas no sufren la misma burbuja que las amarillas. La calidad de las cebollas es buena, pero para los clasificadores el listón está mucho más bajo. Aceptan muchas más cebollas problemáticas que antes. Los peladores de Europa del Este también están dispuestos a trabajar más las cebollas. Nuestra ventaja es que servimos a una amplia clientela, desde supermercados a peladoras. Ofrecemos cebollas, zanahorias y coles", concluye Wouter.
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Wouter van der Beek
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