Los productos IQF son cada vez más populares. Según María Vieitez, coordinadora de marketing de OctoFrost, esto ha llevado a los procesadores de frutas y verduras a ampliar sus líneas de productos para procesar productos más exóticos: "Esta tendencia ha supuesto una oportunidad para que los fabricantes de maquinaria de procesado de alimentos diseñen equipos que respondan a las necesidades específicas de estos productos. Cada aplicación presenta retos únicos. Uno de estos casos es el de las judías edamame. Antes de su congelación IQF, el edamame requiere un escrupuloso escaldado para desactivar las enzimas y evitar la oxidación, pero también para mantener su textura y sabor naturales. Sus finos granos pueden atascar la boquilla de agua o la cinta transportadora de la máquina de procesado".
Un productor y fabricante tailandés de edamame congelado se enfrentaba al reto de mantener la temperatura adecuada durante el proceso de escaldado, explica Vieitez. "Esto es fundamental para conseguir resultados de máxima calidad, ya que ayuda a preservar el sabor y la textura naturales del producto, pero su escaldadora de vapor no podía lograrlo". La superficie vellosa de las judías de edamame dificulta aún más el procesamiento eficaz del producto, ya que sus pelos pueden obstruir el equipo, comprometiendo la eficacia y la higiene de todo el proceso".
Vieitez afirma que la empresa tailandesa se enorgullece de la calidad superior de sus productos y de cumplir las normas más estrictas de seguridad alimentaria. "Vieron una oportunidad de crecimiento en la actualización de su tecnología de escaldado a medida que las normativas de seguridad alimentaria alcanzan nuevos niveles. Para hacer frente a estos retos, la empresa buscó una solución personalizada que pudiera tratar las propiedades únicas del edamame. Para actualizar su método, adquirieron una nueva línea de procesado que consistía en una escaldadora de ducha tipo lluvia, una enfriadora y un sistema de deshidratación".
La solución de escaldado de OctoFrost baña el producto con agua, que se calienta mediante inyección directa de vapor y cae en el producto con una tecnología de ducha tipo lluvia, explica Vieitez. "Este método consigue la transferencia de calor más rápida y permite a la empresa tener un control total sobre la temperatura y el tiempo de escaldado, preservando la calidad del producto. En comparación con las escaldadoras de vapor tradicionales, la escaldadora de lluvia permite al productor ahorrar energía durante el proceso. Con esta solución, el procesador puede reducir el consumo de vapor entre un 30% y un 40%".
"El procesado continúa en la enfriadora IF, que también utiliza el sistema de lluvia con agua helada recirculada para detener inmediatamente el proceso de escaldado. El sistema permite que el agua caiga en el producto por gravedad para alcanzar una temperatura central de 5 °C o menos. Como resultado, se preserva la calidad del producto", afirma Vieitez. "La etapa final antes de la congelación es la deshidratación, que elimina el exceso de agua del producto. Este paso crítico garantiza que el agua de las fases de procesado anteriores no pase al túnel de congelación. La línea de procesado está equipada con filtros automáticos a medida para limpiar el pelo de edamame durante la producción".
Gracias a estos cambios, la empresa tailandesa recibió un premio internacional: "Con la nueva instalación, el productor puede procesar ahora el edamame de forma eficiente, conservando su sabor y textura naturales, lo que aporta un valor añadido a los clientes. En consecuencia, recientemente han recibido un premio internacional por el sabor superior de su producto", concluye Vieitez.
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