Se puede decir que la industria de la batata está en estos momentos en un “proceso de reajuste”, como señala David Ortega, de la empresa gaditana Santo Boniato, después de haber experimentado una evolución ciertamente rápida en los últimos años. “Nosotros ya veníamos del mundo de la agricultura, y decidimos empezar a producir boniato en 2019 montando una pequeña línea de lavado y calibrado”, recuerda David. “En aquel momento los precios estaban bastante altos y el producto era muy demandado en Europa, y al año siguiente, cuando fue el boom del producto, incluso duplicamos la siembra. Sin embargo, también fue cuando entró a la palestra Egipto”.
“Con unos costos más baratos y unas condiciones de producción más laxas que las nuestras, empezó a introducir en el mercado una gran cantidad de boniato haciendo la competencia no solo a España, sino a todo el sector europeo. Además”, añade David Ortega, “entrando antes que la producción del sur de España, que es donde se produce la mayor cantidad de boniato de toda Europa, y a unos precios ridículos”.
“Desde entonces se ha notado un reajuste enorme en todo el sector; por la competencia brutal de Egipto, por la subida de los costes que no ha podido reflejarse en el precio y por la rotura de mercado que se produjo en la pandemia. Ahora mismo la oferta no coincide con la demanda y vemos que ha bajado mucho la superficie sembrada; también en Egipto, donde se ha sembrado menos por el tensionamiento de los precios en el transporte marítimo a partir de la guerra en Ucrania. Pero si bien es cierto que el transporte está volviendo a precios de 2019-2020, el mercado aún no está preparado para absorber un precio alto en el producto”.
Y es que el consumo ha experimentado una notable contracción, señala David, y a pesar del incremento de costes, esa retracción en la demanda se está reflejando en los precios. “El producto de primera categoría, de calibres L y XL, ha estado esta campaña a entre 85 y 90 céntimos mientras el año anterior la media fue de entre 1,10 y 1,15 euros por kilo”. Sin embargo, por otro lado, “mientras en hortícolas frescos el consumo ha bajado en general un 30%, ha aumentado el de congelados”, destaca el dueño de Santo Boniato.
¿Existen líneas de boniato congelado en España?
En España aún no hay procesadores de boniato en este formato, responde David. Los programas de boniato congelado que existen en la actualidad en los supermercados europeos vienen principalmente de Estados Unidos.
“Son líneas interesantes que nosotros en Santo Boniato nos hemos planteado en varias ocasiones, incluso la producción de harina de boniato, como se hace en China. Pero las trabas burocráticas se han incrementado en España a nivel estratosférico a raíz de la pandemia, y emprender una nueva división en tu propio negocio se ha vuelto muy complicado”.
No obstante, el segmento fresco sigue siendo por su cuota muy importante para el boniato y, a puertas del inicio de la campaña de plantación en la provincia de Cádiz, todo apunta a que este año habrá cierta mejoría en el mercado. “Aquí, y más en la zona donde nos encontramos, en el Puerto de Santa María, aún tenemos agua para regar, pero en toda la zona del Mediterráneo y en muchos otros puntos de Europa puede que no la vayan a tener, por lo que prevemos que va a haber menos producción y que los precios van a ir al alza”.
“En Santo Boniato, además, curamos el producto y esperamos a comercializarlo a diciembre/enero, cuando la saturación del producto egipcio en el mercado ya ha pasado, lo que nos permite defender mucho mejor el precio de nuestra producción”, remarca David.
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