Aunque el sector del tomate en Marruecos se enfrenta a muchas dificultades esta temporada, la sequía no es la mayor gracias a la planta desalinizadora de Chtouka-Aït Baha. La instalación entró en funcionamiento en 2022 y fue acogida como una "bendición" por una zona angustiada por la progresiva aridez de su capa freática.
Amine Maataoui Belabbes, director general de Comaprim, explica: "La desalinizadora nos ha supuesto un alivio. El estrés hídrico ha sido durante mucho tiempo un dolor de cabeza para los productores. Ahora, pueden volver a trabajar con tranquilidad en lo que respecta a la disponibilidad de agua. Por supuesto, el coste de su agua es muy elevado, pero es una bendición porque representa una garantía de continuidad en el contexto de las inversiones bastante altas que asumen los productores. En lo que respecta al suministro de agua, las cosas solo pueden ir a mejor en la zona de Sus-Masa".
La zona mantendrá así su posición como principal proveedor de tomates de Marruecos: "En la zona de Sus-Masa, el clima es muy adecuado para la producción de tomates, no hace ni mucho frío ni mucho calor. Disfrutamos de 360 días de sol al año, y de un tiempo suave durante la mayor parte de la temporada. Hay otras zonas en Marruecos con estas características, pero aún necesitan el desarrollo de tierras cultivables e infraestructuras agrícolas y logísticas. Hay proyectos en marcha para desarrollar dichas zonas, especialmente en Dajla, en el extremo sur del país”.
El Gobierno marroquí puso en marcha en 2022 el proyecto de la planta desalinizadora de Dajla, que aumentará la capacidad de producción de tomates de exportación. "La planta tendrá capacidad para suministrar agua a una superficie de 5.200 hectáreas y reforzará la producción y exportación de tomates y otras frutas y verduras. La licitación se lanzó hace unos meses y varios grandes productores de tomate han manifestado su interés”.
"En Comaprim también hemos manifestado nuestro interés por contribuir a este proyecto. Somos una gran agrupación de productores, reconocida por el Gobierno como 'agregador'. Se trata de un estatus que se otorga a las organizaciones reconocidas por su capacidad para apoyar a los pequeños y medianos productores y ayudarles a aumentar su competencia y mejorar el valor de su producción. Debido al impacto social que tienen los 'agregadores', el Gobierno decidió darles prioridad en las zonas dedicadas a este proyecto".
La planta desalinizadora de Dajla también irá acompañada de inversiones en infraestructuras logísticas, incluida la ampliación del puerto de Dajla. Amine comenta que "es una inversión muy ambiciosa, y dotará a Marruecos de otra zona de producción agrícola, incluyendo los tomates".
La planta desalinizadora de Dajla requiere una inversión de 180 millones de euros y se espera que esté operativa en 2025.
Por su parte, Comaprim explota una superficie de 400 hectáreas en la zona de Sus-Masa y exporta en particular al Reino Unido. "Hace tiempo que estamos posicionados en el mercado británico. Uno de cada cuatro tomates marroquíes vendidos en el Reino Unido, así como la mitad de los pepinos marroquíes, son producidos por Comaprim", concluye Amine.
Para más información:
Amine Maataoui Belabbes
Comaprim
Tel.: +212 528 303 101
Email: amine.maataoui@comaprim.ma
www.comaprim.ma