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Cómo la investigación genómica puede mejorar el sabor y la resiliencia de los cultivos

"Queremos que Australia sea líder en obtención asistida por genómica, en especial en cultivos hortícolas, a nivel internacional"

Está en marcha un estudio australiano que busca crear una plataforma genómica avanzada que ayudará a los productores a superar los retos del sector, mejorar los rendimientos y cultivar variedades más sabrosas de populares cultivos frutícolas.

Los científicos de la Universidad Murdoch estudian el genoma de cinco frutas –banana, piña, papaya, chirimoya y maracuyá–, y el director del centro, el profesor Rajeev Varshney, dice que, si bien la integración de la investigación genómica en la mejora de cultivos se ha llevado a cabo en cultivos extensivos, ahora es el momento perfecto para que los cultivos hortícolas comiencen a construir una base de conocimientos.

"Nos interesa abordar algunas características claves demandadas por los consumidores, pero también aquellas que se buscan desde una perspectiva industrial como el cambio climático", dice el profesor Varshney. "Como la temperatura está subiendo, se producen sequías y la productividad de los cultivos disminuye. Tenemos que desarrollar nuestros cultivos para que sean capaces de dar más frutos. Hacer esto por la vía tradicional, como el desarrollo de variedades mejores mediante la obtención clásica, requiere tiempo, unos diez o quince años, posiblemente. Sabemos que estas cosas las controlan los genes, así que estamos creando una plataforma, llamada Advanced Genomics Platform, con la ayuda de Hort Innovation, con el fin de dar soluciones genéticas. Esto se conseguirá conociendo la arquitectura genómica de los cultivos mediante la secuenciación y la decodificación de los genomas".

El profesor dice que se espera que, compartiendo con el sector hortícola la información adquirida a través de este estudio, se creen más variedades deseables en casi la mitad de tiempo, en torno a cinco o seis años. Esto tendrá ventajas de productividad indirectas para los agricultores.

"De nuestra plataforma se derivarán algunas aplicaciones directas para los productores, así como algunas aplicaciones indirectas", continúa. "Por ejemplo, podemos desarrollar chips genéticos con los que predecir qué tipo de fruta o rasgos dará una variedad en particular. En segundo lugar, estos chips genéticos también pueden ser muy útiles desde la perspectiva de la bioseguridad. Pero serán muchas las ventajas indirectas porque esta plataforma la usarán los obtentores para aumentar las variedades que los productores necesiten. Por lo tanto, los productores irán guiando el desarrollo de variedades mejoradas, que presentarán características como mayor tolerancia a sequías y al calor, y una mejora del calibre y del sabor de los frutos. También queremos desarrollar la próxima generación de científicos para llevar la mejora de cultivos al siguiente nivel, integrando la investigación genómica en la obtención. Queremos que Australia sea líder en obtención asistida por genómica, en especial en cultivos hortícolas a nivel internacional, y este es el momento perfecto".

Estas ventajas no se verán únicamente a nivel agronómico o de productor –lo que mejorará la seguridad alimentaria y la consistencia de los ciclos de cultivos para lograr una oferta más estable para el mercado nacional y de exportación–, sino que también tendrán el potencial de crear variedades de mejor sabor para los consumidores que satisfagan sus necesidades.

El profesor añade que el objetivo actual del estudio es buscar rasgos demandados por el consumidor, como el sabor y el calibre, pero en las décadas futuras los estudios podrían ampliarse para buscar una resiliencia del cultivo en el largo plazo.

"Si se mejora la productividad del cultivo, sin duda mejorará el precio para el productor porque aumentarán las ventas", añade el profesor Varshey. "Una gran necesidad para los consumidores es el sabor, así que incluso podrían alcanzarse precios premium, en especial de los mercados de exportación. Por ejemplo, en el caso de la papaya, los consumidores quieren un sabor excelente, pero un tamaño pequeño. Cuando la gente la compra, la corta y la pone en la nevera, así que, por un lado, el sector quiere fruta más grande, pero el consumidor nos dice que busca algo más pequeño, del tamaño de un mango. Así, cabe en la mano, se puede partir fácilmente y acabar de una sola vez. Son este tipo de características las que también queremos abordar".

Puesto que la idea viene de Hort Innovation, el desarrollo de la Advanced Genomics Platform tiene muchos socios, incluidos el Centro de Innovación de Cultivos y Alimentos de la Universidad Murdoch, Alianza para la Innovación Agrícola y Alimentaria de Queensland (QAAFI) de la Universidad de Queensland, el Departamento de Agricultura y Pesca (DAF) de Queensland, la Universidad Griffith (GU) y la Universidad de Australia Occidental (UWA). También hay muchos socios tecnológicos como MGI Pty Ltd. y Thermo Fisher Scientific, y socios internacionales de investigación de Estados Unidos, Francia, China, Bangladés y Tailandia.

"Con los cinco cultivos, estamos en diferentes fases; algunos de ellos ya tienen buenos recursos genómicos, como las bananas y las papayas", explica el profesor Varshney. "En el caso de las piñas, estamos en plena fase de recopilación, pero con las chirimoyas y las maracuyás tenemos que empezar de cero. Tenemos un cronograma de unos cinco años para proporcionar las soluciones genéticas a los programas de obtención, pero no esperamos tener todas las soluciones al cabo de los cinco años; seguiremos proporcionando resultados provisionales a lo largo del proyecto, y esperamos ver sus repercusiones una vez finalizado este. Estamos ansiosos por ver el uso, por parte de los obtentores, de nuestra plataforma y los resultados del proyecto para desarrollar mejores variedades después de los cinco o seis años iniciales. Gracias a todos los avances tecnológicos y a las alianzas, estamos convencidos de que podemos ofrecer los resultados planificados tanto a la industria como a los consumidores".

El profesor Varshney dice que, si bien se han elegido cinco frutas concretas para su estudio en la Advanced Genomics Platform, las tecnologías de secuenciación y genotipado que están optimizando en la Universidad Murdoch deberían beneficiar a otros cultivos, como el maíz, la cebada, la colza y las legumbres.

Para más información:
Professor Rajeev Varshney
Murdoch University
Tel.: +61 8 9360 6000
Rajeev.Varshney@murdoch.edu.au 
www.murdoch.edu.au 

Fecha de publicación: