Los representantes del sector de Frutos Secos de las organizaciones agrarias Asaja-Aragón y UAGA, José María Alcácera y José Luis Sánchez, han recibido "con bastante escepticismo y algo de esperanza", los protocolos sanitarios alcanzados por España y China que permitirán la exportación de almendra y caqui al gigante asiático.
"España ha pasado de ser productor a ser importador y exportador al mismo tiempo, pero no de almendra española", señala el representante de Asaja y agricultor de Huesca. Y es que los datos del propio Ministerio de Agricultura, evidencian que España se ha convertido en un gran importador de almendra californiana. "Primero fueron 50.000 toneladas, luego 100.000 toneladas y se ha llegado incluso a las 150.000 toneladas. Lo dicen los datos oficiales, por lo que me pregunto si lo que se va a exportar es la almendra producida en España o la que llega de Estados Unidos".
Además, recuerda Alcácera, la producción nacional no cuenta con una marca que identifique su origen, ya que "la industria se resiste mucho a un etiquetado de la almendra española como española".
Alcácera reconoce su pesimismo ante la noticia y asegura que no tiene certezas de que la apertura del gigante asiático a este fruto seco favorezca a los agricultores. "Los acuerdos con China van a favorecer indudablemente a la industria, pero tengo mis dudas de que beneficien al productor y no creo que las cooperativas lleguen a exportar a ese país", insiste Alcácera, que recuerda que en los últimos años la almendra española, que tenía mejor precio que la californiana por su calidad, ha perdido esta ventaja. "Todo esto ilusiona poco", insiste.
Algo más optimista se muestra el representante de UAGA, que considera que estos protocolos son "una puerta abierta" a un mercado que, a priori, puede ser apetecible. Sin embargo, José Luis Sánchez también tiene peros.
Recuerda el responsable de Frutos Secos en esta organización agraria que son varios los años en los que se lleva hablando de una producción de 150.000 toneladas en todo el país, a las que no se consigue llegar por culpa de las heladas. Eso significa que si las cifras no aumentan de manera considerable será difícil responder a una demanda tan elevada como la que exige la entrada en el gigante asiático.
Por eso, Sánchez también muestra sus dudas de la repercusión que estos acuerdos puedan tener en el primer eslabón de la cadena, los productores, que, como reconoce, al menos en Aragón, donde no hay industria transformadora, "están en manos de los intermediarios".
Fuente: heraldo.es