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Las trampas de luz demuestran su eficiencia frente a la "Tuta absoluta"

"Ha sido un cambio abismal”

La Tuta absoluta es una de las plagas que más dolores de cabeza causa a los productores de tomate, pero en los Llanos de la Cañada (Almería) han optado por solucionar el problema con un sistema absolutamente inocuo y, como comentan los productores que lo han usado, efectivo: las trampas de luz ultravioleta.

Una de las agricultoras que las ha probado en su invernadero ha sido Maribel Esteban, de CASI. "Empezamos con pocas, unas 4 o 5 para probar, y luego ya, al ver que daba resultado, fuimos aumentando el número de trampas”.

“Este año pusimos las trampas cuando los tomates llevaban unos veinte días puestos y nos ha resultado muy eficaz porque hemos curado solo una vez”, al contrario que los años anteriores en los que “si había mucha Tuta solíamos curar todas las semanas, y si no, cada 15 días”, recuerda. “Hemos tenido una plaga, pero la hemos combatido con las trampas de luz y nos ha salido muy bien”.

“Aquí tenemos unas 20 trampas en 11.000 metros, pero porque tuvimos una plaga fuerte, y el año pasado solo con unas 15 terminamos la campaña con muy poco tomate picado. Lo que hay que tener es mucha paciencia y observar en donde están las plagas mientras coges los tomates. Si ves mucha hoja picada ya sabes que va a empezar a salir de ahí. Cuando todos los que trabajamos estamos pendientes, en cuanto veamos sus síntomas ahí es donde vamos a empezar con las trampas", explica.

Álvaro López, también agricultor de tomates de CASI, en su caso de tomate Rosa de Barbastro, también ha conseguido controlar los ataques de Tuta en su invernadero con las trampas de luz.

"Antes hacíamos lo que se suele hacer: usar químicos para intentar controlar la plaga y que el fruto fuera afectado lo menos posible. Aun así, las dos últimas campañas antes de tener el sistema, los dos últimos ramos había que desecharlos”.

“A partir de ahí comenzamos a hacer los primeros experimentos con las trampas de luz y nos lo tomamos ya más en serio la campaña pasada; y la verdad es que mientras antes hacíamos entre 20 y 18 tratamientos en la cosecha, el año pasado hicimos 5 o 6, pero porque tratamos para hongos, bacterias, pero no por la Tuta. Ha sido un cambio abismal”. Además, añade, “lo que hemos visto es que, al usar menos químicos, las plantas responden mejor a cualquier abonado o nutrientes con intención de mejorar el fruto”.

 

Fuente: aenverde.es

Fecha de publicación: