Con el sector de las patatas fritas a la cabeza, el mercado de la patata está en plena ebullición. "Tras un largo periodo de estabilidad, con precios en torno a los 30 céntimos, el jueves pasado se inició de nuevo una subida. Dadas las cifras de la industria de procesado, todos esperábamos y anticipábamos una subida de precios, pero en cinco días ya han subido tres o cuatro céntimos", afirma Wim van de Ree, director de Nedato. "Debido a la sequía, la disponibilidad de patatas es mucho más limitada, sobre todo en Bélgica y Francia, que son las que están tirando del carro".
"Además, parece que la nueva temporada empieza más tarde de lo habitual. El tiempo esta semana no es tan bueno como se había pronosticado y, con la previsión de lluvia para esta semana y el tiempo cambiante que se espera para la próxima, aún no se han plantado muchas patatas. Ni siquiera las patatas más tempranas están aún del todo plantadas. Estamos ya casi a finales de abril, lo que significa que la temporada antigua se alargará dos semanas. Dada la limitada disponibilidad en este momento, el mercado se ha visto afectado negativamente", dice Wim. "Por otro lado, ya se han publicado las primeras cifras de superficie de Flandes y Francia, que no muestran ningún aumento, aunque personalmente creo que se trata de un análisis prematuro, porque las patatas aún no se han plantado".
Escasez de materias primas
"Teniendo en cuenta todos estos datos, parece que la campaña anterior va a terminar con un volumen limitado, a pesar de que hay mucha necesidad de materias primas, dado que las fábricas están funcionando a pleno rendimiento. Esto se traduce en unas condiciones de mercado muy buenas, que están aprovechando sobre todo los belgas. El viernes, Belgapom reportaba una cotización de 32,5 céntimos y varias fábricas belgas ofrecen ya 36 céntimos por determinadas variedades. En conjunto, una situación de mercado muy saludable para los productores de patatas. Por supuesto, está llegando mucho, sobre todo de Bruselas, pero si eso se traduce en tensión en el mercado de materias primas y una corrección de los precios, el efecto también será positivo".
"Las exportaciones de patata fresca se están desarrollando con tranquilidad. La industria de las patatas fritas se ha hecho con bastantes patatas de exportación (no siempre de variedades para freír, pero sí variedades que se fríen bien), así que el suministro no es problema. El nivel de precios de las patatas de exportación rondó los 24 céntimos durante mucho tiempo, pero ahora los precios han empezado a subir también aquí; algo que va a resultar necesario a medida que nos pasemos a las patatas de almacenamiento en cajas. En general, la calidad de las patatas almacenadas en cajas es buena. Ya no hay patatas refrigeradas por aire, y menos mal, porque con estas cada vez se detectaban más daños en forma de manchas de presión".
El mercado de la patata de mesa recupera la tendencia a la baja precoronavirus
"Las ventas de patatas de mesa se mantienen estables. La expectativa de que los consumidores redescubrirían las patatas tras el coronavirus no se ha hecho realidad, ya que se observa de nuevo la tendencia a la baja que había antes de la pandemia. Sin embargo, gracias al crecimiento de la industria de las patatas fritas, hay buenas alternativas y, dado el previsible abandono de las patatas de mesa a favor de las patatas fritas, espero un buen equilibrio en el mercado", prosigue el director de Nedato. "La oferta de patatas de importación también es limitada. Hay algunas procedentes de Israel y Egipto, pero la oferta es limitada y con precios en torno a los 70 céntimos. Las condiciones meteorológicas no han sido ideales en Malta y tampoco en otras zonas mediterráneas, mientras que en Andalucía la escasez de agua vuelve a plantear grandes dificultades. Todo ello está haciendo que la oferta sea más limitada y que los precios en el mercado se mantengan altos".
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