La incertidumbre en la disponibilidad de agua para llevar a buen fin las cosechas está siendo determinante este año en la Vega Baja del Segura, donde agricultores como Juan Miguel han decidido dejar de plantar melón de Carrizales, un tipo muy apreciado de melón Piel de Sapo, en sus 10 hectáreas de terreno. “Necesitan agua para cuajar, necesitan agua para engordar... Ya está bien de ser agricultores y jugar a la lotería”, afirma.
Esta presión que podría producirse sobre la oferta de frutas en verano tendría consecuencias directas para los consumidores. Cabe recordar que hace unos días, a principios de mayo, Juan Luis Durich, director general de la cadena valenciana de supermercados Consum, ya alertó de que una escasez en las cosechas, “sobre todo en la campaña de verano”, puede derivar en una subida de los precios en los alimentos.
Esto sería debido a que, ante una menor producción nacional, los supermercados se verían obligados a buscar proveedores fuera, “algo que no suele ser habitual”.
Por otro lado, hay frutas y verduras que viven situaciones específicas que también pueden llevar a otros incrementos. Las manzanas, sin ir más lejos, han dejado de producirse en invernaderos de Países Bajos porque ya no resultan rentables y este país está comprando en otros mercados, lo que aumenta la demanda y sube su precio.
Fuente: lasprovincias.es