La Cooperativa Cerezas Montaña de Alicante ha anunciado que este 2023 cierra sus puertas al público después de 40 años, aunque de forma excepcional, debido a la caída en la producción de cerezas en les Valls de la Marina y el resto de localidades que las cultivan.
Y es que este año, por quinta campaña consecutiva, el cultivo de cerezas en la región se ha visto muy impactado por la meteorología hasta el punto de llegar en a la nula producción. Cabe recordar que en 2018, la última temporada de producción estándar, en Cerezas Montaña de Alicante COOP CV se recogieron todavía un total de 700.000 kilogramos; en 2019 la producción cayó a 200.000 kilos; en 2020 descendió a 28.000 kg; en el año 2021 ascendió a 107.000 kg, todavía muy lejos del máximo productivo, y en 2022 se recogieron alrededor de 4.000 kg.
¿Por qué está produciéndose esta situación?
Hay diferentes motivos que han generado esta caída tan acusada de la producción, entre los que se encuentra como principal factor el cambio climático, que ha generado periodos de lluvia anormalmente largos –en marzo de 2022 en la Vall de Gallinera se acumularon 927 litros en 14 días seguidos de lluvia–, acumulación de horas de frío en períodos no favorables o variaciones bruscas de temperatura que durante la época de la floración perjudican a la polinización.
A esto se suman unos elevados gastos de producción e incluso la aparición de una nueva plaga, como es la Drosophila suzukii que provoca grandes daños en la cosecha. Asimismo, a estas problemáticas, arrastradas desde hace más de 10 años, se le añade el pasado incendio de los municipios de alrededor de la Vall d'Ebo del pasado verano, donde se arrasaron gran parte de los cultivos agravando así la producción de cereza. Y los que posiblemente no serán recuperados dado que el presente cultivo es cada vez más inviable.
Fuente: lamarinaplaza.com
