Pese a que aún habrá que esperar a conocer los datos del relevamiento que cada año realiza el Instituto de Desarrollo Rural (IDR), desde la Asociación de Productores, Empacadores y Exportadores de Ajos, Cebollas y Afines de Mendoza (Asocamen) adelantan que se puede esperar una reducción de alrededor del 25% en la superficie cultivada de ajo para esta temporada.
Fabián Fusari, quien, además de ser presidente de Asocamen, brinda asesoramiento a productores, indicó que, debido a que los precios pagados al productor durante la temporada pasada fueron muy bajos, mientras que los costos aumentaron considerablemente, muchos agricultores de tamaño mediano, que tienen de 10 a 20 hectáreas, le han comentado que van a disminuir un poco la superficie sembrada; hay agricultores pequeños, con 2 a 5 hectáreas dedicadas al ajo, que directamente dejarán este cultivo en 2023.
Fusari señaló que los valores bajos respondieron a una ecuación de mercado, ya que el ajo es un commodity y su precio se define a nivel internacional, en función de la demanda de los importadores y la oferta mundial, y en 2022 y 2023, había mucho más producto en Mendoza que interés por comprarlo.
Aquellos productores que no realizan un tratamiento antibrotante ni guardan el producto en cámaras frigoríficas deben vender la mercadería entre noviembre y febrero. Esto hizo que se apuraron a ofrecerla a precios muy bajos, por lo que los valores de compra en el mercado brasilero no repuntaron a medida que avanzaba el período fuerte de comercialización.
De hecho, manifestó Fusari, la apuesta de ellos no fue ganar dinero, sino perder lo menos posible. Y, como no tenían capital para sembrar para esta temporada, a algunos se les pasó la fecha ideal para plantar las semillas. “Por eso prevemos una disminución importante a campo”, remarcó.
Fuente: losandes.com.ar