Aún faltan algunos días para que la campaña de fruta de hueso en Aragón empiece de lleno, mientras en estos momentos se están llevando a cabo los trabajos de aclareo y la recolección de las primeras cerezas, que arranca con cierta merma. “Los calores extremos de los días en plena floración provocaron algunos problemas en el cuaje de la cereza temprana y eso ha derivado en unas perspectivas menores de las que se esperaban en la floración”, explica Agustín Sánchez, secretario general de la Federación de la Fruta de Aragón. “No obstante, vamos a estar en cifras de un año medio, por encima de las 32.000 toneladas”.
Esta recuperación de los volúmenes no será solamente para la cereza. “Por fin, este año, tenemos esa recuperación del pulso habitual de producción y estaremos en torno a las cifras de volumen de fruta de hueso del año 2019. En 2020 tuvimos algunos problemas de heladas, que se repitieron en 2021 y que en 2022 provocaron un desastre”. Pero este año es otro factor climático el que está generando mayor incertidumbre, la sequía; principalmente en la zona de Caspe-Fraga, donde “la situación es crítica porque los pantanos están en niveles preocupantes”.
“La campaña de la cereza se solventará y se tendrá que ver si las frutas, conforme avance el verano, sufrirán si el régimen pluviómétrico se mantiene en niveles tan escasos; pero en la zona de Fraga la fruta ya está sufriendo. En algunas zonas incluso ya hay limitaciones al uso del agua y poblaciones a las que están asistiendo los bomberos para llevar agua”.
“Eso se produce, además, en zonas donde los seguros agrarios no funcionan. Vamos a ver cómo evoluciona el verano y si al final la fruticultura puede esquivar el desastre que está siendo la sequía en los cultivos extensivos”.
“Desde 2016 la superficie de cereza ha ido al alza de manera sostenida”
Es necesario recordar que en Aragón el veto ruso supuso un ajuste en las producciones y las variedades, y desde el 2014 ha habido un descenso del 5-7% al año en la superficie de fruta de hueso que solo empezaría a estabilizarse a partir del año 2018. “El reajuste tardó un poco, no empezó realmente hasta 2016 porque los primeros años los vetos de Rusia eran provisionales y se tenía la esperanza de que se eliminaran. Pero, inevitablemente, todo lo que se había plantado al albur de los nuevos mercados para la fruta aragonesa, como era Rusia, hubo que adaptarlo al nuevo escenario”, recuerda Agustín.
“Hay que decir que la fruta de pepita con estancamientos comerciales importantes también ha ido en retroceso, lo que la ha hecho perder hasta un 20% de hectáreas. Con datos de la PAC 2021 y según el Instituto Aragonés de Estadística, la superficie de melocotón estaría por encima de las 8.000 hectáreas, mientras que aproximadamente la de pera y manzana es de 2.200 respectivamente, mientras que en 2014 se situaban en torno a las 3.800 hectáreas”.
“Para la cereza en concreto, la tendencia ha sido diferente. Desde 2016 ha ido al alza de manera muy sostenida; y aunque se ha frenado un poco en los últimos dos años, a lo largo de la última década ha pasado de tener 7.000 hectáreas en la comunidad a 12.000”.
La pérdida del mercado ruso supuso un notable punto de inflexión para la industria, que además de buscar el posicionamiento de su producto, se ha enfrentado a un descenso generalizado en el consumo; más acentuado tras la pandemia.
“Recuerdo que entre el 2016 y el 2018 en Italia el consumo de frutas bajó de algo más de 9 kilos por persona y año a 7 y pico y fue poco menos que una crisis de Estado; desde el Gobierno de Italia se hizo una campaña para fomentar el consumo y todo el sector se puso en marcha para revertir esa situación”.
“Aquí en España el consumo de melocotón está por debajo de 4 kilos por persona y año y no ha ocurrido nada. Para mantenerlo o incrementar esas cifras son necesarios esfuerzos en cuanto a su promoción. Que las empresas a nivel individual quieran hacer campañas de promoción de sus marcas está muy bien, pero desde la Administración se debería tomar conciencia de la importancia de promocionar el consumo genérico de frutas y de trasladar al consumidor sus beneficios”.
“Hace muchos años, en una feria de Madrid, hubo un CEO de una empresa noruega que nos comentaba que el volumen de comercialización de berries en su empresa era de un 5% en el año 1991/92 y a él lo contrataron para potenciar esa parte. Después de hacer una gran inversión en publicidad, en solo 5 años las berries pasaron de ser el 5% de su volumen comercializado a superar el 30%. El poder que tiene la promoción es indudable; el problema, parece ser, es ponerse en marcha”.
Para más información:
Agustín Sánchez
Secretario general de la Federación de la Fruta de Aragón
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