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"El cambio climático es la nueva realidad para la agricultura marroquí"

La campaña agrícola de Marruecos está llegando a su fin con los calendarios de las últimas frutas de verano, principalmente uvas de mesa y sandías. La sequía y las malas condiciones meteorológicas han marcado el compás de la campaña y provocado una acusada caída de los rendimientos, incluso de aquellos cultivos en los que Marruecos había registrado récords de exportación hasta hace pocos años. 

Anas Mansouri, ingeniero del Centro Internacional de Investigación Agrícola en las Zonas Secas (ICARDA), declara: "La escasez hídrica se ha convertido en un gran desafío en Marruecos. La situación es crítica y exige soluciones urgentes, aunque no todas las regiones tienen el mismo grado de afectación. Esta campaña hemos sido testigos de muchas alteraciones en el sector agrícola y, por desgracia, este año no es ninguna excepción y es probable que el problema se agrave en el futuro".

La caída de los rendimientos de numerosos cultivos, incluidos aquellos estratégicos para el mercado local, como los cereales y la remolacha, y de los cultivos más exportados, como los cítricos, las frutas y las hortalizas tempranas, es del orden del 50%, según los profesionales. "El impacto es muy visible en términos de rendimientos. En muchas partes del país, los cultivos ni siquiera han alcanzado la fase de germinación, en particular en el sur. Muchos agricultores simplemente han renunciado a la producción este año, como en el caso de los productores de alfalfa, o incluso han abandonado la agricultura directamente para migrar a otros sectores. Otros agricultores, en especial quienes producen cultivos perennes como frutales, han reducido de forma drástica su superficie. Y luego, por supuesto, están las regiones que no se han visto afectadas en absoluto", explica Mansouri.

Marruecos se puede dividir en tres zonas hídricas, según Mansouri: "las zonas de oasis y montañosas, las pequeñas y medianas zonas hidráulicas, que cuentan con pocos recursos hídricos, y las grandes zonas hidráulicas, que disponen de grandes embalses. Todas estas zonas se han visto afectadas por el estrés hídrico este año. Incluso el nivel de los embalses es de tan solo el 27%, un nivel crítico. La mayor parte de las reservas de los embalses están destinadas para agua potable, y las autoridades se han visto obligadas a reducir el volumen de agua destinada al riego de cultivos".

Así pues, los productores se encuentran en una de estas dos situaciones: los situados en regiones con niveles freáticos elevados pueden continuar produciendo, y el resto tiene que reducir la superficie de regadío o incluso detener la producción. "En algunas regiones donde la capa freática se ha agotado, la perforación de pozos se ha convertido en una aventura económica para los agricultores, pues es posible que no encuentren ni una gota de agua".

Mansouri enumera las regiones más afectadas: "Es el caso en el sur (en las regiones de Tata, Tinghir, Errachidía), en la región de Rhamnas (Yusufía, Bengrir, Chemaaia, hasta El Kelaa des Sraghna​  incluso), en el este del país (como Outat El Haj, Guercif, Taurirt, Jerada, Oujda) y también en el centro-este, como Doukala".

"Algunas regiones, como el Sus-Masa y su capital, Agadir, siguen disfrutando de una capa freática que todavía no se ha secado, pero los crecientes niveles de salinidad obligarán a reemplazar las semillas e incluso los cultivos. Esta región se beneficia también de una planta de desalinización de agua marina que permite proseguir con el cultivo de hortalizas".

Por el contrario, las regiones del norte y oeste del país disfrutan de grandes reservas de agua subterránea y buenos niveles de lluvias, todo lo cual mitiga los efectos de la sequía y ha permitido que la región produzca cultivos de una elevada demanda hídrica, como aguacates y sandías, en grandes volúmenes.

Anas señala que "este es el caso de las cuencas del Lucus y del Sebú, o el eje Tetuán/Tánger a Kenitra/Rabat. Las precipitaciones exceden los 500 mm por año, y estas regiones disponen de varios grandes embalses y ríos, además de unos considerables recursos de agua subterránea. Pero no debemos olvidar que la capa freática viene definida por las precipitaciones y que la crisis también podría llegar a estas regiones".

De acuerdo con el experto, todo apunta a que la crisis seguirá adelante, puesto que sus causas son persistentes. "Marruecos, debido a su situación geográfica, es una de las primeras víctimas del cambio climático, provocado por las emisiones de carbono. El crecimiento demográfico mundial exigirá una mayor producción de alimentos y de industrias y, por lo tanto, de más recursos hídricos. La crisis del agua se agravará, pues es una cuestión que transciende al sector agrícola e incluye el agua potable".

Mansouri concluye: "Sencillamente, tenemos que adaptarnos a esta realidad. La planta de desalinización de agua marina de Agadir ha demostrado su eficacia, y la multiplicación de estas plantas puede ser parte de la solución. También podemos sugerir hacer un trasvase de agua del norte al oeste del país para las regiones afectadas, pues acaba echándose a perder en el mar. Sea cual sea la solución, debe ponerse en práctica con urgencia".

Para más información:
Anas Mansouri
Centro Internacional de Investigación Agrícola en las Zonas Secas (ICARDA)
Tel.: +212 667-773928
Email: anasmansouri38@gmail.com 

Fecha de publicación: