Benoit Labouille empezó a cultivar batatas en 2015, con la idea de ofrecer un producto de origen francés a la gran distribución y a los mayoristas. Aunque al principio solo abastecía al mercado local, la necesidad de ampliar sus zonas de venta le llevó a dirigirse a la gran distribución. El productor cuenta ahora con casi cuarenta hectáreas de cultivo tradicional y ecológico. También produce patatas ecológicas en su explotación de la región de Nueva Aquitania.
SCEA de Pinchagut empezó a plantar a principios de mayo y cosechará a partir de finales de agosto para comercializar de septiembre a abril. Algunas se comercializan directamente, mientras que otras las vende en toda la región Fruidor Terroirs.
Patate Douce des Sables
Benoit comercializa sus batatas bajo la marca Patate Douce des Sables, en referencia al suelo arenoso ("sableuse" en francés) en el que se cultivan. "Este tipo de suelo garantiza un desarrollo uniforme y regular del tubérculo. Además, el color de la piel es más rojo y brillante". Otra ventaja es la ausencia de gusanos de alambre, responsables de los tubérculos agujereados y deformes, pero sobre todo el sabor. "Es un producto muy dulce que no sabe a tierra gracias a nuestro dominio del curado". Consiste en almacenar las batatas durante varios días a una temperatura de 30 °C. "Para mejorar su sabor, las calentamos para que el almidón se convierta en azúcar, la piel se endurezca y pueda almacenarse durante varios meses. Curamos el 100% de los productos que vendemos para garantizar una calidad de sabor óptima".
Aunque el entusiasmo por la batata no cesa, Benoit cree que el mercado de la batata ecológica está empezando a saturarse, ya que la oferta supera a la demanda.
Un cultivo complejo
"La batata es un producto difícil de trabajar", advierte Benoît. En los campos, si bien las plagas no son el principal reto, el principal problema es el desherbado. "Si hace suficiente calor, los obstáculos agronómicos a la producción pueden parecer limitados. Pero es la práctica ausencia de soluciones autorizadas para el control del desherbado y la falta de sustitutos lo que plantea los mayores problemas. La gestión del control del desherbado es bastante complicada. Tenemos que dedicar mucho tiempo a desherbar a mano, tanto de forma ecológica como tradicional". Otras dificultades son la cosecha, que exige mucho trabajo y cuidado para no dañar las batatas, y el almacenamiento, que requiere una gran experiencia. La mano de obra, cada vez más escasa, es un límite para el desarrollo de la producción.
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SCEA de Pinchagut
Pinchagut 33113 Bourideys
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