No solo la helada de abril, que impactó en la floración de los cerezos, sino también las lluvias de finales de mayo y principios de junio, han afectado a las producciones de la falda de Sierra Nevada, especialmente en zonas como Fiñana, Abrucena o Abla, donde, según explica el agricultor Francisco Aguilera, se habrá perdido en torno al 70% de la producción.
“Nos ha venido muy mal tanta agua a las puertas del verano, que es cuando se tienen que recoger las cerezas. Esta misma cantidad de lluvia hubiera sido magnífica poco antes de Semana Santa, pero ahora echa por tierra la campaña de las cerezas”, explica Francisco. “La cereza se pudre en el árbol o se raja y ya no puedes cogerla. No es solo las pérdidas, sino que la mano de obra es aún más cara, puesto que tienes que limpiar el árbol y recoger la poca que nos va a quedar”.
La fruta que se puede salvar está registrando precios de venta elevados, pero no compensarán las pérdidas ocasionadas no solo en los cerezos. Fran tiene también olivos, de los que ha perdido un porcentaje similar a la cereza esta campaña, en torno al 70%. En su campo de fresas las matas se han podrido y tiene que arrancarlas y volver a plantar, a la espera de que en un par de meses pueda coger.
También se le ha echado a perder al agricultor abrucenero la campaña de la almendra. La helada de abril quemó las flores y fue muy poco lo que llegó a brotar. Además, la sequía previa a estas lluvias también les afectó a los almendros de toda la provincia, que, eso sí, ahora están agradeciendo más que ningún otro árbol las precipitaciones.
No obstante, los azufaifos sí que se benefician de la cantidad de agua caída. El mayor peligro es el efecto lupa que se produce cuando llueve y con todo todavía empapado, sale el sol y reluce con fuerza. Por eso, Francisco confía en que el tiempo se estabilice y poco a poco la azufaifa vaya engordando y la pueda salvar la campaña de esta fruta, que se recoge a principios de septiembre. De hecho, sus azufaifas están muy valoradas y hasta su finca en Abrucena se acercan empresarios chinos para recolectarla casi en su totalidad y venderla principalmente a su comunidad.
Fuente: diariodealmeria.es