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Carolina Cruz, presidenta de Uvanova:

“Tenemos que trabajar en gestión y saber dónde están los puntos críticos que nos están afectando"

El sector de la uva chilena comienza a ver la luz al final del túnel, después de un camino que no ha sido fácil. Los resultados no han estado siendo los esperados tras el embate coronavirus, los problemas logísticos o la sequía que afecta al país desde hace más de 10 años, y como resaltó la presidenta de Uvanova, Carolina Cruz, en conversación con Simfruit, “tenemos que trabajar mucho en gestión y saber dónde están los puntos críticos que nos están afectando. Obviamente, necesitamos del apoyo de la banca y de las instituciones gremiales para fortalecer la imagen país de la uva. Nosotros sabemos hacer uva, tenemos el know-how técnico y nuestros productores son reconocidos internacionalmente. Pero tenemos que potenciar nuestro producto para llegar a muchas partes del mundo”.

Mejorar la productividad es uno de esos puntos clave, “para eso, hay que manejar muy bien la estructura de costos, saber dónde nos está golpeando. Creo que Perú lo ha hecho muy bien, ha integrado toda su cadena de valor, pero nosotros tenemos que hacernos cargo de lo que nos compete que es hacer un producto de calidad, de una condición óptima”, destaca Carolina Cruz.

Otro de ellos es el propio modelo de la industria. En Chile, los productores pequeños no pueden tener acceso a las nuevas variedades sin asociatividad, debido a que tienen superficies pequeñas y, normalmente, los programas exigen una cierta cantidad de hectáreas de una variedad. “A veces también se comete el error de que si tú quieres una variedad de un programa, te tienes que llevar la otra que te endosan y que no necesariamente la que tú quieres. Por ahí tenemos que empezar a conversar de cómo modificar estas prácticas que no son buenas para para poder desarrollarnos bien en la uva de mesa”, sostuvo, recordando que “es un hecho que las variedades tradicionales han perdido mucho espacio y ya no las quieren en los supermercados”.

De todas maneras, la inversión no es menor, pues, se requieren entre 20.000 y 25.000 dólares por hectárea plantada, además de la mantención de dos años antes de que comience la producción. A ello hay que sumar los 18.000 dólares que pueden llegar a desembolsarse en tecnología. “Es un negocio que es demasiado caro para que entre un productor pequeño desde cero”, afirma la ejecutiva.

Fuente: simfruit.cl

Fecha de publicación: