La situación de la campaña de melón y sandía española ha cambiado drásticamente del mes de mayo a los meses de junio y julio, pasando de la sobreoferta tangible en los mercados y el hundimiento de los precios al desabastecimiento y a un alza importante de los precios.
"La campaña de melón y sandía empezó en Almería en un entorno con temperaturas más altas de lo habitual durante los meses de marzo y abril, lo cual tuvo como consecuencia directa que se adelantase y acelerase la producción", recuerda José Cánovas, presidente de la Sectorial de Melón y Sandía de Proexport, y gerente de la empresa murciana Fruca.
"En mayo, cambió el tiempo y sufrimos el impacto de las numerosas tormentas que se desencadenaron de forma intermitente durante tres semanas seguidas, justo cuando la producción estaba a punto de recolectarse en la Región de Murcia y el norte de Almería", continúa.
De acuerdo con el representante de melón y sandía de esta organización, el granizo caído junto con las lluvias torrenciales que acompañaron a las tormentas afectó de forma negativa a las cosechas murcianas y muchas de ellas quedaron inservibles, aparte de generar problemas fitosanitarios de toda clase, como el oídio y el mildiu. Cabe recordar que la superficie de cultivo esta temporada se mantiene estable respecto a la anterior, debido a la limitación del agua para riego.
Desabastecimiento en junio y las tres primeras semanas de julio
"Si bien en mayo nos encontramos con un sobreabastecimiento de los mercados, debido a que el calor en origen durante marzo y abril hizo que se adelantase la producción, a todo esto se unió el mal tiempo en el resto de Europa, que no contribuyó a la demanda por parte del consumidor", explica Cánovas.
"Sin embargo, en junio nos encontramos con una situación contraria, con un desabastecimiento debido a los problemas en la producción por las tormentas, junto con una demanda que se dispara como consecuencia del buen tiempo en los mercados de destino. Esto ha tenido como consecuencia directa un aumento del precio", indica.
"Esta misma situación se prolongará durante las tres primeras semanas de julio. Prevemos que esta tendencia cambie a finales de julio y agosto, cuando esperamos que se normalice la producción y con ello se estabilizaran los precios", avanza José Cánovas, quien añade que otros orígenes dentro de la cuenca mediterránea han tenido problemas similares a los de España, por lo que no existe presión de oferta en los mercados.
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