Según informó Fresh Fruit, el mercado internacional del espárrago fresco está atravesando difíciles momentos. “Los principales productores mundiales, entre los que está el Perú, están sufriendo escasez en los volúmenes de sus existencias. Esto es debido a diversas razones, pero entre las de mayor relevancia se encuentran los desastres naturales y las atípicas temperaturas que se registran en la mayor parte de las regiones del planeta. Además, las bajas rentabilidades de temporadas pasadas han generado que las decisiones de cultivo se vean disminuidas, especialmente donde la tierra fértil se hace más escasa”.
“Esta complicada situación ha generado también que los precios en los mercados internaciones del espárrago fresco se disparen. Se reportan subidas de hasta el 40% en mercados como el norte de Europa y Asia. Esta situación generalizada parece haber compensado la mala situación de los volúmenes exportados por el Perú, que se aprecia desde el 2018. Con ello, hasta el final de julio se registró un total exportado de espárrago fresco cercano a las 44,481 toneladas (-19% interanual en volumen) por un valor aproximado de 162 millones de dólares (+2% en el valor)”.
“En el caso peruano, los problemas de los volúmenes encuentran explicaciones desde años atrás. Luego de malos resultados durante la pandemia, debido a los altos costos de los fletes y las dificultades logísticas, la rentabilidad se vio gravemente mermada y generó la salida de los grandes inversores o un desaceleración en su inversión en este cultivo. Además de ello, la concentración en otros cultivos con mayores rentabilidades perjudicó gravemente a la siembra más tecnificada del espárrago y por tanto la más rentable del país, dejando básicamente a pequeños y medianos productores con costos de producción más altos. Durante la pandemia, empresas con grandes cuotas de mercado decidieron desistir de este cultivo, como fue el caso de Agroindustrial Beta, que anuló cerca de 1,500 hectáreas solo en Ica”.
“Otro punto determinante en las cantidades disponibles que se ven hoy y que probablemente influyan durante lo que queda del año y el 2024 es la gran sensibilidad que tiene el producto a las variaciones climáticas”.
“Con respecto a los principales abastecedores del mundo, las caídas más drásticas se pueden observar en China. Para este gigante asiático la pandemia fue especialmente devastadora en temas logísticos, lo cual disparó significativamente los costes de producción. Esto empujó a que las decisiones de cultivo se redujeran drásticamente y dicha situación se está reflejando notablemente durante el 2023. Su presencia en mercados como el europeo y el norteamericano cada vez es menor generando importantes espacios”.
Fuente: freshfruit.pe