Wilfredo la Torre recorre su campo de mangos en el distrito de Moro y apenas encuentra un brote de flor en medio de los miles de plantas que tiene en su pequeño fundo. El cultivo debería mostrar una abundante floración de color rojizo amarillento, pero la subida de las temperaturas asociada al fenómeno de El Niño por encima de los 21 grados, ha impactado fuertemente en esta fase del cultivo.
Wilfredo La Torre anualmente cosechaba 20 toneladas por hectárea para el mercado internacional, sin embargo, para el próximo año solo tiene una expectativa del 30 % del total de sus campos.
El Servicio para el Desarrollo Integral Rural (Sedir) visitó varios campos para constatar el drama que viven los agricultores de Moro y el Valle de Nepeña, donde se concentra la producción de mango en Áncash, y corroboró que en algunas zonas la floración es nula pese a los esfuerzos e inversión que se ha realizado para inducir a la planta con el uso de insumos químicos. “Yo he invertido bastante en la planta pese a que los insumos han subido de precio. Sin embargo, la planta no ha floreado y todos estamos asustados. Mis plantas apenas han floreado un 20%, las pérdidas serán grandes”, explicó el agricultor Max Comesaña.
Los 1.000 pequeños productores de la región, que cultivan unas 1.200 hectáreas, serán quienes sufrirán el impacto económico negativo; aunque no los únicos. “Al no haber mango no habrá cosecha, no se podrá contratar personal y los dueños de los predios tampoco contratarán otros servicios de manejo para sus plantas. La situación es bastante crítica debido a que la economía familiar de los productores en el valle de Nepeña se verán notablemente afectados”, resalta el director ejecutivo de SEDIR, Juan Cerna Espinoza.
La región Áncash es la segunda en exportar mango después de Piura, donde la afectación es mucho mayor y llega hasta aproximadamente el 90% de pérdida de productividad en los campos.
Fuente: agraria.pe