A principios de la década de 1960, la mutación fs8.1 provocó un cambio de forma en los tomates, de redondo a algo más cuadrado, lo que mejoró la tolerancia al estrés de los tomates y facilitó un cambio importante en el procesamiento del tomate de la cosecha manual tradicional a la recolección mecanizada.
Ahora, en un nuevo estudio, investigadores dirigidos por el Prof. LI Chuanyou, del Instituto para Genética y Biología del Desarrollo (IGDB) de la Academia de Ciencias de China, informan sobre la clonación, la caracterización funcional y la aplicación de obtención de fs8.1.
Demostraron que la mutación fs8.1 tiene un efecto promotor más fuerte sobre la proliferación celular en el pericarpio que en la columela, lo que da como resultado una forma de fruto alargada. Luego identificaron el gen fs8.1 y descubrieron que codifica un factor GT-2 no canónico que carece del dominio de unión al ADN trihélice característico.
Este estudio fue financiado por el Programa Nacional Clave de I+D de China y la Fundación Nacional de Ciencias Naturales de China.
Fuente: eurekalert.org