Un estudio de la Universidad Brigham Young revela una sorprendente estrategia para conseguir que los niños coman más verduras: servirlas con patatas con cara sonriente. Se descubrió que los niños consumían hasta un 52% más de guisantes y zanahorias cuando las patatas sonrientes se colocaban en el mismo bol que las verduras. Este efecto no se producía cuando las patatas sonrientes se servían por separado. El estudio pretendía abordar el reto de conseguir que los niños coman las raciones diarias recomendadas de verdura, ya que muchos niños no alcanzan este objetivo.
La investigación subraya la importancia de fomentar el consumo de verduras entre los niños, ya que sus dietas suelen carecer de las cantidades adecuadas. Servir patatas con caras sonrientes junto con verduras no solo aumenta el consumo de las estas, sino que también reduce el desperdicio de alimentos. Además, se demostró que este método solo añade una pequeña cantidad de calorías y grasa a la comida, lo que la convierte en una opción relativamente saludable. Aunque otras formas de presentar las patatas tuvieron un impacto menos significativo en el consumo de verduras, las patatas sonrientes resultaron más familiares y atractivas para los niños, lo que las convierte en una herramienta útil para fomentar hábitos alimentarios más saludables.