Los productores de cítricos de la Plana enfrentan una serie de desafíos que complican la campaña, según han denunciado las asociaciones de agricultores independientes de Nules y Vila-real. Factores como el granizo, el calor, la escasez de lluvias, un riego y abonado deficientes, así como los robos, han afectado la producción de clementinas. Y ahora, se suma la pinyolà “generando dificultades en la venta de la escasa producción”.
El portavoz de la asociación de agricultores, Víctor Viciedo, señala que “lo primero que hacen los comerciales en el campo es abrir la fruta”. Si le encuentran semillas, no la compran “porque dicen que no tiene salida en el mercado”. “Es difícil de entender que durante 27 años no se haya encontrado una solución” a la convivencia entre la apicultura y el cultivo de cítricos.
Y es que una de las preocupaciones planteadas es la falta de cumplimiento de las distancias establecidas entre las colmenas y las plantaciones de cítricos. A pesar de que la normativa aprobada por el Consell el 10 de marzo del 2023 establece que “queda prohibido el asentamiento a menos de 4 kilómetros de plantaciones de cítricos", se han detectado casos en los que estaban a menos de 500 metros, generando la propagación de la pinyolà en un radio de 2 kilómetros, según aseguró a Mediterráneo una de las personas afectadas en Nules.
La conciliación entre la apicultura y el cultivo de cítricos ha sido motivo de tensiones prolongadas. La Conselleria de Agricultura afirma estar trabajando en la regulación y control del cumplimiento de las distancias mínimas de separación. Sin embargo, los agricultores sostienen que cuando se detecta la pinyolà, ya es demasiado tarde para compensar las pérdidas.
En el pasado, se propuso la instalación de mallas sobre los campos de mandarinas híbridas para prevenir la polinización cruzada, pero esta solución resulta inviable para los agricultores debido a los altos costos. Dejar de plantar variedades propensas a la polinización tampoco es una opción viable, ya que los agricultores tienen derecho a elegir los cultivos más rentables.
Las asociaciones independientes de agricultores proponen realizar un estudio de variedades por municipio para determinar dónde se pueden colocar las colmenas y dónde no. Argumentan que los huertos pertenecen a los agricultores y que los apicultores basan su actividad en los árboles de los agricultores. Han solicitado una reunión con la Conselleria para encontrar una solución definitiva a este conflicto.
Fuente: elperiodicomediterraneo.com