Los agricultores de la provincia de Málaga afrontan temporadas difíciles marcadas por la escasez de agua y la problemática en la venta de sus productos, situación que se agrava con los bajos precios de compra y la competencia de las importaciones. El cultivo de limones, en particular, está experimentando una grave crisis. Francisco Moscoso, secretario general de la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos de Málaga (UPA), describe la situación como "catastrófica", pues los agricultores reciben entre 15 y 17 céntimos por kilo de limón, mientras que el coste de producción asciende a 35 céntimos. En contraste, los precios en los supermercados pueden alcanzar hasta 3,46 euros por kilo.
La competencia desleal por la importación de limones de terceros países agrava la situación. Algunos agricultores que invirtieron en plantaciones de limón hace cinco o seis años apenas comienzan a ver los frutos de su trabajo, enfrentándose a un mercado adverso. En el Valle del Guadalhorce, esta realidad ha llevado a los agricultores a tomar la decisión de no recoger los limones, dejando la cosecha en el campo. A pesar de ello, es necesario retirar los limones de los árboles para evitar daños a futuras cosechas, pues la acidificación del suelo puede perjudicar a las raíces.
Esta problemática no es nueva, pero la actual temporada ha sido particularmente dura, con un 95% de la cosecha sin vender en comparación con el 60% de años anteriores. El aumento en la superficie dedicada al cultivo de limón, que ha alcanzado las 16.233 hectáreas en la última década según el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, complica aún más la comercialización del fruto y subraya la difícil situación que vive el campo malagueño.
Fuente: elespanol.com