Un grupo de científicos mexicanos están en proceso de desarrollar una variedad de arándanos que se adapte mejor a los climas de las regiones mexicanas, con el objetivo de reducir la necesidad de frío que estos frutos requieren para su crecimiento. El objetivo es superar los desafíos presentados por las variedades extranjeras que frecuentemente no logran adaptarse adecuadamente a las condiciones locales.
J. Lucina Romero, investigadora del Centro Interdisciplinario de Investigación para el Desarrollo Integral Regional, Unidad Sinaloa (CIIDIR Sinaloa), del Instituto Politécnico Nacional, lidera el proyecto centrado en el mejoramiento genético de especies frutales, incluyendo cítricos y arándanos. La adaptación local de las variedades es una prioridad para los investigadores, quienes ven en este enfoque una ventaja adaptativa significativa.
Una técnica clave en este proceso es la poliploidización, que implica la multiplicación del número de conjuntos de cromosomas en el genoma de las plantas. Este método puede inducirse artificialmente mediante tratamientos físicos o químicos, como el uso de la colchicina, que inhibe la metafase durante la mitosis, permitiendo así aumentar el contenido genético de las plantas.
Entre los beneficios de la poliploidización se encuentran la producción de plantas enanas, lo que facilita el cultivo y la recolección, y un incremento en el número de frutos, hojas y flores. Además, este proceso mejora la tolerancia al estrés abiótico, como el aumento de temperaturas, crucial ante el cambio climático. Otras ventajas incluyen un aumento en el contenido de metabolitos secundarios y la producción de frutos sin semillas, lo que mejora la calidad y comercialización de los productos.
Actualmente, el 80% de las variedades de arándano utilizadas están protegidas por derechos de autor, lo que implica el pago de regalías para su uso. Esto representa un costo significativo para los agricultores mexicanos, quienes cultivan arándanos en estados como Jalisco, Michoacán, Baja California y Sinaloa. Solo en Sinaloa, se produjeron 9.000 toneladas de arándanos en la temporada de 2021 a 2022, con el 97% de la producción destinada al mercado estadounidense.
Desarrollar una variedad de arándano adaptada a las condiciones climáticas mexicanas no solo reduciría la dependencia de semillas importadas y el pago de regalías, sino que también optimizaría la producción, mejorando la competitividad de México en el mercado internacional de arándanos.
Fuente: infobae.com