El mal tiempo que azota a estas horas la Emilia Romaña y el norte de Las Marcas, así como otras regiones adriáticas, está causando daños en los campos de cultivo, así como en las viviendas. Modigliana es uno de los municipios más afectados, en una zona de intenso cultivo de kiwis. Pero toda la franja montañosa y las llanuras desde Módena hasta Cattolica (Rímini) está sufriendo daños; se teme que se repita la pesadilla de unas inundaciones como las de mayo de 2023.
Marco Lisi es un horticultor de Gambettola, municipio limítrofe con Cesena (FC). El miércoles 18 tomó estas fotografías. "Algunas de mis parcelas de cultivo están completamente inundadas. La de las lechugas parece un arrozal, igual tenemos que hacer una ensalada de arroz", bromea como buen romañol incluso ante la adversidad.
"El invernadero de pimientos también ha quedado inundado. El 50% del cultivo se ha visto afectado. En uno de los invernaderos estábamos haciendo pruebas de variedades para una casa de semillas. Las berenjenas también están bajo el agua, al igual que los pepinos", explica.
"Es un lago, un desastre. Este año volvemos a pagar una factura muy cara. A ver qué pasa en las próximas horas. Si dejara de llover en unas horas, el agua se drenaría sin problemas, ya que la situación no es tan mala como el año pasado. Pero las previsiones son muy malas", concluye Lisi.
Confagricoltura
Desde el miércoles por la mañana, todos los técnicos de Confagricoltura Bolonia están en contacto con los agricultores asociados para analizar la situación de los cultivos afectados por la ola de mal tiempo que azota todo el territorio. "La situación evoluciona constantemente, pero la alerta roja decretada por la Región de Emilia-Romaña y Protección Civil, en vigor hasta la medianoche del 20 de septiembre, no nos tranquiliza", afirma el presidente Davide Venturi.
"Además de los campos inundados, que permanecerán anegados durante días incluso después de que acabe el mal tiempo, existe el riesgo de desprendimientos de tierra y barro en las zonas de colinas y montañas. Una vez más, el cambio climático está causando importantes daños a la agricultura. Ahora solo nos queda esperar una tregua de la lluvia, al menos en cuanto a intensidad, en las próximas horas".
Muchos cultivos han resultado dañados y seguirán sufriendo las consecuencias de las fuertes lluvias en el área metropolitana de Bolonia.
En lo que respecta a la fruta, "es probable que se produzcan daños en la ciruela tardía de la variedad Angeleno", afirma Piergiorgio Lenzarini, presidente de la Sección de Frutas y Hortalizas de Confagricoltura Bolonia, "que podría desarrollar moho en los próximos días debido al exceso de humedad. Una situación similar podría darse también con los melocotones tardíos aún por recolectar, mientras que no hay problemas particulares para las peras Abate, la mayoría ya recolectadas, y para los kiwis".
Ahora está claro que el territorio necesita otro tipo de mantenimiento: entendemos que algunos proyectos puedan llevar tiempo, pero al menos las labores ordinarias deben llevarse a cabo mientras tanto", indica Alberto Mazzoni, vicepresidente de Confagricoltura Forlì-Cesena y Rímini y presidente del Consejo de Forlì. "Estas lluvias están poniendo de manifiesto la fragilidad del territorio: en las últimas 24 horas ya han caído más de 150 ml de lluvia en la zona de Forlì, hay desbordamientos de canales del consorcio, como en Villagrappa, que están inundando carreteras y campos. En las colinas, por tanto, la situación se está volviendo compleja; los corrimientos de tierra están volviendo a empezar en las zonas ya muy castigadas por los desprendimientos de 2023, aquí ni siquiera se han reabierto las cunetas, algo trivial para los que viven en las colinas, pero fundamental para hacer frente a precipitaciones de esta intensidad".
"Los agricultores tendrán que hacer frente a nuevos daños: la vendimia aún está en curso y las fuertes lluvias pueden provocar podredumbre y retrasar las labores de recolección; entre otras cosas, estamos sin cobertura de garantía, que empieza 20 días antes de la apertura de las bodegas. No será posible entrar en el viñedo hasta dentro de unos días. También preocupa la producción de fruta de otoño, desde kiwis hasta kakis. Desgraciadamente, en las próximas horas se prevé una intensificación de las precipitaciones, hasta el punto de que se ha ordenado el cierre de las escuelas, por lo que la magnitud de los daños directos e indirectos no hará sino aumentar", finaliza Mazzoni.